El verano está al caer: los días son cada vez más largos y las temperaturas no dejan de aumentar. Y al igual que el calor nos pide un cambio de armario, también nos lleva a actualizar nuestro repertorio de recetas, apartando durante unos meses los platos densos y calientes para dar paso a las comidas ligeras y frescas.
Las frutas y verduras pueden ser nuestras perfectas aliadas para el calor, permitiéndonos mantenernos hidratados y nutridos con platos sencillos y deliciosos. Tampoco hay que olvidar los pescados como el salmón, una fuente de vitaminas B6 y B12, así como proteínas, minerales como el magnesio y ácidos grasos esenciales, o el bacalao, un pescado que destaca por tener tantas proteínas como la carne, además de reforzar el funcionamiento del cerebro gracias a su alto contenido en fósforo y aporte de omega-3, ayudando a reducir el colesterol. En definitiva, una larga lista de propiedades de las que podemos nutrirnos si nos lanzamos a probar estos alimentos en recetas adaptadas al calor, utilizando estos dos alimentos tanto cocinados como en crudo como estrellas de nuestros cocinados.
Y es que lo cierto es que comer crudo, especialmente durante los meses de altas temperaturas, conlleva una serie de beneficios para nuestro cuerpo. Sin ir más lejos, cuando cocinamos con calor se pierden algunas vitaminas y antioxidantes de algunos alimentos. Por lo contrario, la mayoría de alimentos crudos contienen un mayor nivel de nutrientes reguladores, que nos permiten llenarnos de energía y aprovechar mejor los nutrientes. Además, al comer alimentos crudos tendemos a masticarlos más, cosa que mejora nuestras digestiones y equilibro intestinal y evita la hinchazón de abdomen.
Para que adaptarnos a comer estos alimentos de nuevas maneras sea más sencillo para todos, estas son algunas recetas que nos saciarán y llenarán de vitalidad. (Fotos y recetas de Royal).
