Hace poco que empezamos a escuchar hablar de él pero el amaranto es una de las primeras plantas cultivadas por el hombre y desde sus orígenes en la cultura precolombina de América ha sido considerado como un alimento con poderes excepcionales. Su valor nutricional es espectacular y esto, sumado a su fácil digestión, lo convirtieron en la fuente principal de proteínas de los aztecas, mayas e incas que lo honraban por ser la fuente (o secreto mejor guardado) de su "poder".
El amaranto es un grano amarillento más fino que el arroz, crujiente y su textura nos recuerda a la del cuscús. Se cocina fácilmente a la sartén, como cualquier otro cereal, en sopa o incluso hervido.
¿Cuáles son sus beneficios?
1. Lo que lo diferencia de los demás es su alto contenido en proteínas (un 16%) y no contiene gluten. Según la FAO y la OMS, sobre un valor proteico ideal de 100, el amaranto posee 75; la leche de vaca, 72; la soja, 68; el trigo, 60 y el maíz, 44.
2. Además, la digestibilidad de su grano es muy alta, alrededor del 93%.
3. El amaranto es rico en aminoácidos, especialmente metionina y lisina, un aminoácido que no encontramos en el resto de cereales y que fortalece nuestros huesos.
4. También es rico en fibra, vitaminas A y C, silicio y magnesio, minerales imprescindibles para fijar el calcio en los huesos.
5. Posee un contenido bajo en grasa (9%) y un elevado contenido de cinc y hierro. Por ello, se lo considera el grano ideal para mujeres (en períodos de menstruación, embarazo y osteoporosis), vegetarianos y deportistas que entrenan con frecuencia.
El amaranto puede usarse tanto para la cocina dulce como para la salada. Es un imprescindible para quienes buscan una alimentación saludable, equilibrada y sabrosa. Con él, pueden prepararse todo tipo de platos (igual que con el arroz), tortas, panes, postres, hamburguesas vegetales, salteados e incluso elaborar palomitas... No hay límites para su uso culinario. Te enseñamos a cocinar calabacines rellenos de amaranto. Deliciosos.
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5 propiedades del amaranto
El amaranto es un grano amarillento más fino que el arroz, crujiente y su textura nos recuerda a la del cuscús. Entre sus propiedades, destaca su alto contenido en proteínas.
