La comida en cuencos provoca furor hace meses en las redes sociales. Si antes vinculábamos este tazón a la leche y los cereales del desayuno más tradicional e infantil, ahora viene aparejado con tendencias gastronómicas infinitas: poke bowl, smoothie bowl, açai bowl, …
El uso del cuenco no tiene por qué ir íntimamente relacionado con los alimentos (y súperalimentos) saludables. En ellos tomamos ramen o cereales de colores. Así que, el único denominador común de este elemento del menaje es que todo lo que va dentro de él, triunfa.
La nueva tendencia surgida al albor del plato de loza cóncava es el buddha bowl, llamado así en referencia al vientre redondo del inspirador del budismo.
Pero, qué es el buddha bowl. Se trata de darle una vuelta (o más bien, un triple salto mortal con rizo) al concepto del plato combinado de toda la vida, eso sí, mucho más estético y saludable.
La anatomía de sus recetas se basa en cuatro grupos de ingredientes fundamentales:
- Granos (cuscús, arroz integral, quinoa…)
- Proteína de origen vegetal (garbanzos, frijoles, huevo, tofu…)
- Vegatales (espinacas, boniato, rúcula, brócoli, coliflor…)
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Aliño (hummus, guacamole, tahini…)
El buddha bowl te llenará el estómago y tu Instagram de likes.
Si quieres darle una oportunidad al nuevo cuenco estrella, pero no te atreves a dar sola los primeros pasos, te recomendamos cinco recetas de buddha bowl que son un valor seguro.