Primero fue la revolución de los zumos verdes y su explosión de sabor y nutrientes. Y luego llegaron los smoothies, una versión más completa y equilibrada de los zumos que, a diferencia de éstos, no descartan la fibra de los vegetales y, por tanto, sacian mucho más y no hacen subir rápidamente los niveles de azúcar en sangre como puede suceder con los zumos.
En Estados Unidos hace años que zumos y batidos son una de las grandes tendencias del mundo healthy, gracias a sus grandes propiedades antioxidantes y alcalinizantes. En nuestro país, llegaron poco después propulsados sobre todo por la nutricionista de gran influencia social Carla Zaplana. Ella fue una de las primeras en hablarnos de sus beneficios y en proponernos mil y un tipos distintos de preparaciones que combinan vegetales frescos con frutas y superalimentos.
Y, a raíz de ello, hemos sido muchos los que los hemos añadido a nuestra rutina diaria, a nuestros desayunos, a nuestras meriendas e, incluso, como postre. Son fáciles de hacer y nos permiten empezar el día con una gran dosis de vegetales. Pero, ¿por qué a veces no nos sacian lo suficiente y no conseguimos llegar a la comida de mediodía sin haber necesitado comer de más?
Probablemente, porque a nuestras preparaciones les faltan dos macronutrientes imprescindibles para equilibrar cualquier comida: grasas sanas y proteínas de calidad. Sin ellas, a un batido verde, por muy sano y fresco que sea y por muchos vegetales que lleve, no podemos considerarlo una comida completa, y no nos saciará lo suficiente.
Veamos con qué alimentos podemos conseguir una buena dosis de grasas y de proteínas a nuestros smoothies para equilibrarlos y convertirlos en desayunos completos y saciantes: