Hemos decidido meter las manos en la masa y preparar una cena con todas las recomendaciones healthy y green que hemos leído o nos han comentado. Pero somos golosos y nos surge la eterna cuestión de qué postre preparar que no sea una bomba de calorías. La «triste» realidad es que, más allá de la simple fruta, un postre que nos ayude a mantener la línea es como un unicornio. Podemos, eso sí, intentar lograr un compromiso apostando por los postres saludables que engañen a nuestros sentidos. Pero debemos tener en cuenta que calorías tendrán siempre. El truco está en lograr que estas no sean vacías, sino que aporten nutrientes o que sus ingredientes sean beneficiosos para nuestra salud. O, al menos, que no sean perjudiciales. Por ejemplo, todos sabemos a estas alturas que el azúcar refinado es le enemigo, por lo que un camino fácil a seguir es apostar por endulzantes más saludables como la panela o la miel.
La clave para elegir el dulce ideal tanto para nuestra salud como para saciar el capricho se encuentra, pues, en los ingredientes. Debemos poner mucho cuidado a la hora de elegirlos. Así, además del veneno blanco, nos podemos olvidar de las harinas refinadas y la mantequilla en altas cantidades y apostar por la fruta, las leches vegetales o las semillas. En la misma línea, existen un par de truco que las foodies más profesionales se guardan en la manga a la hora de preparar sus postres saludables como las harinas de frutos secos o cambiar la nata por la leche de coco. Las mantequillas de almendra o el chocolate de cacao puro -70% mínimo- son otros productos que no deben faltar en tu lista de la compra. Y, como verás a continuación, imaginación. Mucha.