¿Desayuno para cenar? No sería la primera vez que sucumbimos a un rápido tazón de cereales con leche por pereza o nevera vacía. Hoy esto se ha convertido en una tendencia: el brinner (de la expresión breakfast for dinner). El 11% de los hogares americanos han declarado, según datos de Mintel, que el clásico tazón de cereales es su cena preferida. El principal error, destacan los nutricionistas, es que el aporte energético que vamos a necesitar por la noche no es el mismo que al empezar el día: no deberíamos acumular hidratos en exceso. "Tras la cena tu cuerpo va a reposar durante al menos siete u ocho horas hasta que te pongas en marcha al día siguiente. No necesitas demasiadas calorías y, además, las digestiones pesadas alterarán la calidad de tu sueño", explica el equipo de la dieta Alea. Si es una cuestión de rapidez, recomiendan ser previsores y disponer de caldo o sopas frías, y si nos apetece un sándwich, que sea ligero: láminas de pepino y queso de untar.
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