Se acercan las fiestas y, con ellas, una producción desorbitada de menús que pueden acabar desperdiciándose. Para evitar este desperidicio, el nutricionista Alexandre Fernandes presenta su obra No lo tires (Salsa Books), que aporta claves y trucos para que volvamos a aprovechar los alimentos como lo hacían nuestros abuelos. Conversamos con él sobre la necesaria cultura del aprovechamiento de los alimentos:
Según la FAO, 870 millones de personas pasan hambre en el mundo pero sin embargo se siguen desperdiciando 1.300 toneladas de alimentos al año. ¿Se debe esto a la sobreproducción de alimentos y a su distribución desigual?
La alimentación es la base de la vida, y de ella depende la salud del ser humano. En mi opinión, se debe a ambos factores, así como a una mala educación alimentaria, o sea, debido a la facilidad que existe hoy en día, las personas acaban por desperdiciar muchísimo. Otra causa pude ser el desconocimiento acerca los nutrientes de los alimentos, que acaban por ocasionar su desperdicio. Pienso que la escuela debería tener un papel más educativo, porque es de gran importancia la difusión de hábitos alimentarios saludables, que deben ser incentivados y practicados desde la infancia.
Pese a estos datos, ¿es posible que el impacto de la crisis haya hecho tomar conciencia a los ciudadanos de la importancia de ahorrar y por lo tanto de aprovechar mejor los alimentos?
Por supuesto. Nosotros no podemos olvidar que en otras épocas nuestros abuelos no tenían mucho dinero y aprovechaban todas las partes de los alimentos, incluyendo tallos y hojas. Un buen ejemplo es la sopa de tallos de vegetales y hortalizas. Es igual de importante crear un plato que tener imaginación para aprovechar íntegramente los alimentos. ¿Para qué tomar suplementos alimentarios si podemos aprovechar todas las partes comestibles de ellos y así suplir las carencias de nutrientes del organismo?
En muchas ocasiones, tendemos a comprar comida preparada con unas cantidades determinadas. ¿Es éste un factor de desperdicio?
No, porque la comida preparada ya está lista para comer. Pero nosotros no sabemos cómo esa comida está hecha. Si hay mucho o poco desperdicio o aprovechamiento no lo sabemos, sólo la empresa que elabora la comida lo sabe. Por eso, el gobierno podría hacer campañas de marketing de educación alimentaria para la población en general.
En muchas ocasiones tendemos a congelar la comida sobrante y reservarla para otro día. ¿Cuánto tiempo podemos conservar los alimentos en el congelador sin alterar sus nutrientes?
Una media de 7 días puede ser el tiempo ideal.
A modo de compendio, ¿nos podría concretar, por ejemplo, tres premisas básicas para que cada familia aprenda a ser un poco más responsable con los alimentos que consume en su hogar?
Tener cuidado y también no desperdiciar agua; acondicionar adecuadamente los alimentos para evitar una deterioración más rápida, y tener creatividad para hacer nuevas y muchas comidas con todas las partes comestibles de los alimentos, porque el aprovechamiento integral proporciona un ahorro mayor y una mejora de la calidad alimentaria.
Trucos para alargar la vida de los vegetales:
Cebolla: Tanto si se trata de cebollas como de patatas, el lugar debe ser fresco, oscuro y ventilado. Sin embargo, es importante que estén separadas, ya que las patatas pueden absorber la humedad de las cebollas y estropearse antes de tiempo.
Brócoli: La clave para conservarlo es envolverlo en papel de aluminio antes de guardarlo en la nevera. Este sencillo truco también se puede aplicar para el apio. Si transportamos el apio como snack, también es útil emplear este papel.
Plátano: Es una de las frutas más fáciles de transportar. Para que dure más tiempo sin pocharse, envuelve la parte superior del plátano con film transparente. En la nevera, su interior se conserva mejor que a temperatura ambiente.
Lechuga: La vida de las verduras de hoja verde tiende a ser breve en lo que a su consumo se refiere; se deben comer en un día o dos. Cubriendo con una servilleta de papel la lechuga, podemos favorecer que se mantenga fresca un poco más de un día.