Durante el verano la excepción se convierte en norma para todos, pero particularmente para los más pequeños de la casa. Durante más de dos meses, las manillas del reloj desaparecen para ellos -se acuestan y se levantan tarde-, quedan exentos de obligaciones y los extras de la alimentación, los helados o algún dulce, se convierten en (demasiado) habituales. ¿Cómo no va a ser estresante la vuelta al colegio?
Con todo, los expertos señalan que el inicio de curso es un momento ideal para afianzar los buenos hábitos en los menores. Recuperar una buena rutina de sueño, retomar el deporte y adoptar hábitos alimenticios saludables. Sobre este último punto hay una premisa básica compartida por todos los médicos y es la de que los niños no deben hacer dieta, sino mantener una alimentación sana.
El entorno más directo del pequeño, la familia, juega un papel determinante en su alimentación. Las horas de la comida, por ejemplo, deben ser un espacio de comunicación para todos sus miembros y una tarea en la que todos aporten su granito de arena.
- Desayuno. También para ellos es la comida más importante. Un desayuno que aporte energía, vitaminas y proteínas evitará la somnolencia diurna o la irritabilidad en la escuela y aumentará el rendimiento del menor. Con tiempo suficiente, los pequeños deberían tomar un desayuno completo que incluya lácteos, pan, cereales y fruta.
- Almuerzo. A la hora del recreo siempre es mejor optar por algo fácil y rápido de comer como un bocadillo o una pieza de fruta. Incluso, un puñado de frutos secos, crudos o tostados.
- Comida. Se recomienda que los padres procuren a sus hijos comidas frecuentes, variadas y no cuantiosas. A la hora de comer la idea es dividir el plato en tres partes, una para vegetales, otra para el pan o las féculas (arroz, patatas o pasta) y una última, a elegir entre carne o pescado. Y complementar esta comida variada con una pieza de fruta de postre.
- Merienda. La alternativa desechada para el recreo puede ser una buena opción para la merienda, que también puede incorporar un vaso de leche o un yogur. Siempre mejor fruta que zumo de frutas.
- Cena. Raciones poco abundantes y alimentos ligeros que faciliten la digestión. Se puede optar por un plato de sopa, una ensalada o verdura hervida. También por incluir huevos.
'Alimenta' los buenos hábitos con la vuelta al cole
El arranque de curso es el momento ideal para retomar y afianzar una dieta saludable entre los más pequeños de la casa.
