A favor
Cambio de hábitos. Según la nutricionista Núria Roura “el ayuno debe suponer un punto de inflexión y un punto de partida para cambiar malos hábitos. Hacerlo puede ser positivo como pausa para el sistema digestivo y para depurar el hígado, sin embargo, nada de esto es útil si no existe un cambio importante en nuestra manera de comer”.
Ayunar un día a la semana. Eso dice un estudio sobre salud cardiovascular realizado en 2011 en Utah, en EE UU, donde reside una importante comunidad de mormones. Uno de los rituales más seguidos por esta religión consiste en ayunar un día al mes y los investigadores pudieron comprobar que la salud cardiovascular de ese colectivo era notablemente superior a la del resto de la población.
Espiritualidad. Desde el Ramadán para el Islam a los ayunos cristianos en Cuaresma, dejar de comer se vincula a la meditación. El doctor Joan Vidal-Jové, que practica ayunos puntuales, asegura que están “asociados a técnicas de meditación y que tras ellos la sensación energética es impagable”.
En contra
Altera el metabolismo. tal y como explica la dietista-nutricionista Anabel Fernández, está “totalmente desaconsejado porque con un ayuno nuestro cuerpo entra en ‘modo ahorro’ y pierde, sobre todo, líquido. Al volver a comer recuperamos enseguida el peso y, a veces, incluso más”.
Comer bien. Según un estudio de la Universidad de Medicina de Harvard, las dietas desintoxicantes no ayudan a mejorar nuestra salud.
¿Cómo responde el cuerpo? Según una revisión científica publicada en 2004 en la Revista Española de Obesidad, puede provocar intolerancia al frío, sequedad de piel y boca, halitosis, cefalea, elevación del ácido úrico y cálculos biliares.
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