Ni potitos ni papillas ni comida especial. El baby-led weaning es un viejo método que vuelve a ser tendencia, que defiende la comida real complementaria y los alimentos a trozos para bebés a partir de los seis meses de edad, y a demanda. Siguiéndolo, los padres y madres comerán exactamente lo mismo que sus hijos (aunque ellos seguirán tomando el pecho como alimento principal), preferiblemente en una misma mesa con el fin de fomentar los buenos hábitos alimentarios y contribuir a que el pequeño establezca una relación sana con la comida.
Clara Farràs, autora del blog Happy BLW, acaba de lanzar su primer libro sobre el tema: “Con mis manitas”, una obra en la que explica detalladamente cómo dar de comer a trozos a los bebés, además de aportar numerosas recetas saludables para toda la familia de este método recomendado por numerosos nutricionistas.
¿El título del libro es ya una declaración de intenciones? Es decir, ¿crees que el baby-led weaning es una forma de empoderar a los niños?
Sí, totalmente. Debe ser el bebé quien decide qué come, cómo come y cuanto come. No somos los adultos los que debemos decidir todo esto, ni obligarles a comer determinados alimentos ni determinadas cantidades. Y deben hacerlo con sus propias manitas.
Esto choca mucho con las recomendaciones tradicionales de alimentación infantil…
En realidad, la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva y a demanda hasta los seis meses de edad. Es lógico que, pasado este tiempo, el bebé siga queriendo comer a demanda, en función del apetito que tiene y cómo se siente. Cada niño tiene sus preferencias, igual que las tenemos los adultos. Si tienen un virus estomacal, por ejemplo, no tienen otra forma de hacértelo saber que no comiendo o comiendo menos. ¡Debemos confiar en ellos y en su instinto!
Hoy nos parece un método muy revolucionario, pero, en el fondo, no lo es tanto porque desde hace muy pocos años disponemos de batidoras para preparar purés, por ejemplo.
Exacto. E, incluso hoy en día, hay muchas culturas en las que no se ofrecen papillas a los bebés. Ha sido la industria alimentaria la que nos ha metido en la cabeza que “lo normal” es comerlo todo triturado. Y, en el baby-led weaning, entendemos que la alimentación complementaria se alarga hasta los dos años de edad, un periodo en el que el alimento principal sigue siendo la leche materna. Su nombre ya lo indica: los demás alimentos son solo un complemento, y nos servirán sobre todo para aprender de nuevos sabores, texturas, olores… En definitiva, para aprender a comer.
La mayoría de atragantamientos de bebés no se deben a comida sino a caramelos, piedras, juguetes y globos
Uno de los principales frenos de los padres y madres de practicar la comida a trozos es el riesgo de atragantamiento. ¿Es un miedo razonable?
Es totalmente razonable porque, hasta ahora, nos habían dicho que los bebés solamente podían comer papillas. Por eso nos choca tanto y creemos que pueden atragantarse. Pero los bebés mayores de seis meses están preparados físicamente y digestivamente para comer solitos sin atragantarse.
De todas formas, no pueden comer de todo.
Claro, debemos evitar alimentos sólidos duros como la zanahoria cruda, los frutos secos enteros, las espinas o los huesos. De todas formas, la Academia de Pediatría Americana hizo un estudio sobre niños que hacían baby-led weaning y la conclusión fue que no había más casos de atragantamiento respecto a los bebés que se alimentaban con papillas. Yo creo que incluso eso es al revés: si les enseñamos desde tan pequeños a comer, ellos aprenden a relacionarse mejor con la comida y, por ende, se atragantan menos. El problema es que los adultos a veces les ofrecemos alimentos potencialmente peligrosos.
Obviamente, no está de más aprender primeros auxilios para poder socorrer en caso de atragantamiento, pero este un conocimiento que es igualmente importante para los papás de los niños que toman papillas.
¿Y las arcadas?
Las arcadas pueden asustar mucho, pero a menudo son sencillamente un rechazo del bebé hacia un alimento que no le gusta, pero eso no significa que se haya atragantado. También es posible que esté aprendiendo a gestionar nuevas texturas, etc.
Además, recuerda que la mayoría de atragantamientos de bebés no se deben a comida sino a caramelos, piedras, juguetes y globos.
¿En la mesa de baby-led weaning funcionamos con el principio de imitación y todos comemos lo mismo?
Sí. Muchas veces, si no les pones en el plato lo mismo que estás comiendo tú, te lo reclaman. Ellos quieren comer exactamente lo mismo que comen los adultos porque no quieren ser distintos. Por eso es tan importante que toda la familia coma junta, coma bien y comparta buenos hábitos. Hay bebés que rechazan las papillas porque, por imitación, quieren comer lo mismo que sus hermanos mayores o que sus padres.
Para mí lo más destacable es la comodidad de las familias: cocinas una sola vez y todos comemos lo mismo
De todas formas, es muy difícil luchar contra determinadas recomendaciones pediátricas que, aunque se está viendo que están ya obsoletas, se siguen dando, generando contradicciones.
Esto es grave porque hay muchos pediatras y profesionales de la salud que no se han actualizado. A algunos, si les dices que quieres darles comida a trozos, pueden intentar quitarte la idea de la cabeza porque lo consideran muy peligroso. Pero debemos informarnos a fondo para poder decidir con conciencia cómo queremos alimentar a nuestros hijos. Algunos pediatras incluso te critican si les dices que sigues dando el pecho a un niño mayor de un año…
De todas formas, afortunadamente, cada vez hay más gente con una visión más amplia y ya son muchos los nutricionistas y dietistas que defienden la comida a trozos.
¡Todo el mundo se anima a criticar!
Este es un clásico de la crianza. Todo el mundo te da su opinión y te dice que no lo haces bien (ríe). A nosotros nos gusta informarnos y seguir nuestro instinto como padres.
A nivel logístico, ¿no es más difícil comer a trozos?
¡Al contrario! Imagina tener que hacer una comida especial entre tres y cuatros veces al día en vez de hacer una única comida para todos, dejarla en el plato, y dejar que sea el bebé quien se la administre. Igual sí que luego tienes que limpiar un poco más porque pueden ensuciar más, pero nosotros poníamos a veces papel de periódico en el suelo y listos.
Además, hay una cosa muy práctica y es que cuando sales a comer fuera, no necesitas llevarte el potito encima y pedir que te lo calienten porque comen lo mismo que tú. Siempre hay algo que pueden comer.
Entonces, ¡es un método más barato!
Totalmente. Los potitos y la comida preparada para bebés son carísimos. Así que dar comida a trozos también tiene ventajas económicas.
Teniendo en cuenta que las verduras son el grupo de alimentos que tienden a rechazar más cuando son pequeños, ¿recomiendas empezar por este grupo para que se habitúen a comerlas?
Yo creo que está bien empezar por verduras cocidas y blandas por su textura, y fruta muy madura. Pero cada bebé tiene sus gustos y preferencias y a algunos les gustará la verdura y habrá otros que serán más selectivos. Hay que tener presente que seguir el baby-led weaning tampoco te garantiza que tu hijo coma muy bien y le guste todo. La tendencia, a medida que van creciendo, es tener más interés por los alimentos más calóricos y no debemos obsesionarnos con ello.
Con este método las comidas no son una lucha, no hay negociaciones ni chantajes, son un momento de aprendizaje.
¿Qué beneficio destacarías más del baby-led weaning?
Además de la economía, de potenciar su autonomía y de enseñarle a comer, porque ellos aprenden cuando tienen hambre y cuando están saciados, para mí lo más destacable es la comodidad de las familias: cocinas una sola vez y todos comemos lo mismo. Con este método las comidas no son una lucha, no hay negociaciones ni chantajes, son un momento de aprendizaje.
¿La presentación de los alimentos es muy importante de cara a captar el interés del bebé?
Yo soy partidaria de no disfrazar y de darles la comida tal y como la comerán el resto de su vida.