¿Has oído hablar del flexitarianismo? El mercado se está adaptando a las nuevas formas de alimentación que han ido surgiendo en los últimos tiempos. Hay productos destinados para vegetarianos, veganos, personas que no pueden tomar gluten, alimentos sin lactosa… Entre todas las alternativas, hay una que destaca por ser considerada la más equilibrada: el flexitarianismo.
El término proviene del inglés y de la unión de los siguientes conceptos: flexible y vegetariano. Apareció en un artículo que data del 1992 y habla sobre un restaurante que servía comida basada en recetas flexitarianas. Es una dieta parecida y basada en la vegetariana, pero se diferencia en que se consumen productos de origen animal, de forma ocasional y en pequeñas dosis. Por lo que no se les puede considerar vegetarianos, ya que incluyen el pescado, la carne, los huevos y los lácteos en su alimentación. Y tampoco podrían clasificarse dentro de los vegetarianos, si no que se encuentran en otro punto aislado.
En el caso de los flexitarianos, no siente culpabilidad cuando consumen algún producto de origen animal. Aunque sí que muestran preocupación por el origen y la elaboración de los alimentos, la sostenibilidad y el mundo ecológico. La parte buena es que es una dieta sin restricciones y eso permite poder ir a restaurantes y no tener ningún problema al escoger el menú. De hecho, muchos aprovechan cuando salen a comer fuera para saborear los productos de origen animal. Y cada persona establece los criterios que quiere a la hora de comprar, todo depende de las creencias y preocupaciones individuales. ¡Tu misma creas tu dieta!
¿Qué nos aporta el flexitarianismo?
Es una dieta muy equilibrada, saludable y rica en nutrientes y fibra. El consumo ocasional de alimentos de origen animal permite obtener los aportes de ácidos grasos Omega 3 necesarios para el organismo, las proteínas de calidad y la vitamina B12. Además, es una alimentación baja en grasas saturadas y colesterol, que también previene la aparición de problemas cardiovasculares.
Los beneficios de la dieta flexitariana
Los vegetarianos superan en creces a los flexitaerianos en lo que hace al respeto por las cuestiones medioambientales, pero ser flexitariano ya es un gran paso para lograr un mundo más sostenible.
Mejoras tu salud
Las grasas saturas tan perjudiciales para la salud quedan apartadas del flexitarianismo. Asimismo, está opción está muy recomendada por su alto contenido en verduras, vegetales y legumbres. Al no prohibir los alimentos de origen animal, tampoco se pierde ningún nutriente ni vitamina.
Ahorras más
El alto precio de la carne y el pescado no nos preocupará tanto porque casi no consumiremos estos productos de origen animal. Y también podremos comprar los que son de mayor calidad, mientras que seguiremos ahorrando una gran cantidad de dinero. Y eso que nos ahorramos lo podemos invertir en la compra de productos vegetales biológicos de mayor calidad.
Cuidas el medioambiente
Los flexitarianos se preocupan por las formas de agricultura, el ecologismo y la sostenibilidad. Todo el proceso importa: desde su origen, a su producción y transporte. Por lo que optan por los productos de proximidad y de alta calidad que respetan el medioambiente. Les importa el futuro del planeta, aunque quizás no tanto como a los vegetarianos.
Proteges a los animales
El respeto por los animales y su protección es uno de los pilares fundamentales de esta dieta, por lo que reducen la cantidad que consumen de productos de origen animal. Así, evitan las malas prácticas y defienden el ecosistema.