Ante el frenesí de la actividad urbana, en la que a menudo debes domesticar el reloj para llegar a hacer todo lo que te apetece, el movimiento slow va sumando adeptos y curiosos. En La dieta slow (Libros Cúpula), el doctor Manuel Jiménez Ucero –experto en medicina preventiva y social y antiaging– ensalza esta filosofía de vida relajada y traslada algunos de sus principios –como aumentar el consumo de vegetales y evitar el despilfarro alimentario– a una dieta que rehúye del concepto milagro.
En él encontrarás un programa de adelgazamiento completo, más de 200 recetas –con cócteles, galletas y tortitas incluidos– e incluso instrucciones para preparar cosmética natural y así aprovechar al máximo los alimentos de tu despensa.
Objetivos de la dieta «slow»
El doctor Ucero detalla que lo que pretende con esta dieta es huir de las fast diets –sin perder eficiencia en la reducción de peso–, crear un método ordenado y pausado que garantice todos los nutrientes para mejorar la salud y frenar, en la medida de lo posible, el proceso natural de envejecimiento. Ahí es nada. ¿Y cómo materializar todo esto? Con alimentos ecológicos, aprovechando las técnicas de extracción y usando complementos naturales y procedentes de la alimentación vegana.
Máximo aprovechamiento de los vegetales
En concreto, los smoothies son los grandes protagonistas del programa que propone el doctor Ucero, ya que están cargados de propiedades y nutrientes. El autor recomienda hacerse con el utensilio que califica como «la joya de la corona de esta dieta»: un extractor de presión en frío –también conocido como slow juicer–, que obtiene el jugo con un primer triturado y un posterior prensado en frío y cuyas ventajas respecto a los métodos tradicionales son mantener intactos las vitaminas y minerales, un mayor aprovechamiento de la fruta, más antioxidantes y mejor sabor.
Una despensa para la longevidad
Manuel Jiménez Ucero también explica de forma minuciosa los beneficios de la nutrición vegana y detalla las propiedades de alimentos como frutas y verduras, bayas o semillas. Y destaca las hierbas, algas –que deberían ser un básico de toda lista de la compra– y hongos como «armas curativas y sobre todo preventivas», por ejemplo frente a enfermedades degenerativas y tumorales. Así, podrás descubrir que la chía contiene 7 veces más vitamina C que la naranja; las bayas de goji aumentan las defensas, favorecen la concentración y la energía; o el shiitake –con el que puedes preparar recetas para disfrutar sin remordimientos– también refuerza el sistema inmunitario y protege frente a los radicales libres.