La resistencia a la insulina es la nueva epidemia. Las últimas investigaciones científicas, una de ellas liderada por el American Journal of Clinical Nutrition, sugieren que es uno de los principales factores de la obesidad, pasando por delante al exceso de calorías. Responsabilizan también al origen de la comida, sobre todo aquella que tiene un alto índice glucémico: los carbohidratos de digestión rápida que causan cambios en la insulina, una hormona que cambia el metabolismo, estimula la creación de grasa y puede llevar a la obesidad.
Siguiendo esta línea, los expertos sugieren que, en lugar de centrarnos en cuánto comemos, nos deberíamos centrar en qué comemos y cómo lo que comemos afecta a nuestra insulina, ya que ésta puede ser la clave para perder peso y mantener la salud.
Qué es la insulina y por qué hay que cuidarla
La insulina es una hormona vital para el funcionamiento de nuestro cuerpo. Se produce en el páncreas y tiene muchas funciones, pero su principal misión es permitir que nuestras células absorban el azúcar que circula libremente en sangre después de comer. Cuando comemos una comida que contiene carbohidratos, y de ahí la importancia de lo qué comemos, la cantidad de azúcar en sangre en el torrente sanguíneo aumenta. Las células del páncreas detectan este aumento y liberan insulina en la sangre, que promueve que este azúcar circulante entre en las células con el fin de que éstas lo usen como energía.
Por un excesivo uso de esta función a lo largo de los días y años, las células pueden dejar de responder correctamente a la insulina. El páncreas producirá aún más insulina, y más hormonas correrán por la sangre. Esto puede llevar a un ciclo vicioso de resistencia a la insulina y a tener elevados los niveles de glucosa en sangre de forma más común de lo habitual, lo que puede acabar en una diabetes tipo 2, en un exceso de peso y en otros graves problemas de salud.
La resistencia a la insulina aumenta el riesgo de desarrollar diabetes y a tener sobrepeso, triglicéridos altos y presión arterial alta, y a desarrollar enfermedades del corazón y demencia
Qué propicia la resistencia a la insulina
Se estima que el 70% de las personas con sobrepeso u obesidad tienen resistencia a la insulina, pero también hay otros estímulos que pueden propiciar esta resistencia o afectar a la sensibilidad a la insulina, como son el estrés, el exceso de cortisol en el cuerpo, la falta de sueño, la inflamación y la grasa visceral.
Asimismo, comer una dieta rica en calorías, en carbohidratos refinados y procesados y en azúcares mantiene los niveles de insulina altos ya que todos estos alimentos crean picos de azúcar en sangre que precisan de subidas de insulina para ser gestionados.
Otras causas potenciales de resistencia a la insulina incluyen factores genéticos, la inactividad y la falta de ejercicio físico, así como desajustes en la microbiota intestinal.
7 formas de evitar los picos de azúcar en sangre y la resistencia a la insulina
Estabilizar nuestros niveles de azúcar e insulina en sangre tiene sus beneficios que podemos ver a corto, medio y largo plazo: menos hambre, menos antojos, mejora de los niveles de energía y sueño, sistema inmune más reforzado, menos migrañas frecuentes, mejora de la fertilidad y desajustes hormonales, mejor estado de ánimo y mejor función cerebral, entre otros muchos efectos beneficiosos.
Algunas de las estrategias para regular naturalmente los niveles de azúcar en sangre son: