Sin gluten, por favor. Sin lactosa, sin azúcar, sin sal, sin frutos secos… Esto es lo que sucede día tras día en bares, restaurantes, supermercados, en casa, en todas partes. Cada vez somos más personas las que tenemos alguna alergia o intolerancia que nos impone restricciones a la hora de comer. Y si no eres tú misma, seguro que tienes algún amigo tuyo o familiar que se identifica con ello. No es fácil llegar a un lugar y no poder comer nada porque no se han adaptado a las necesidades de una sociedad en la que no paran de crecer los “sin”. Incluso a tus amigos y conocidos les puede costar adaptar su menú…
Lista de los ingredientes “sin” más básicos
El libro Pastelería sin sin de Gabriela Marchesotti nos detalla una lista de ingredientes fundamentales en una dieta “sin” para concienciarnos de estas necesidades y de qué alimentos podemos incorporar o no a las comidas para cumplir con los requisitos y no equivocarnos. Estos son los ingredientes más básicos de la alimentación “sin”:
Además de disponer de los ingredientes más utilizados para cocinar recetas aptas para diferentes tipos de intolerancias y alergias, también hay una serie de consejos imprescindibles para acertar siempre y evitar caer en errores. En el proceso todo cuenta, desde la compra de los productos hasta la elaboración, preparación y el momento de servirlos.
La contaminación cruzada
Una creencia muy común es pensar que por un poquito no pasa nada, pero esto puede conllevar serias consecuencias en función de la intolerancia o alergia. Aunque sea solo un trocito, puede que eso acabe llevando a una persona al hospital.
Por otro lado, si la cocina, los utensilios, las encimeras, los electrodomésticos o nuestras manos no están limpias, podría contaminarse la comida con restos u otros ingredientes que no podemos incorporar en nuestros platos. Sin darnos cuenta, si no mantenemos buenas condiciones higiénicas y una adecuada limpieza de la cocina, los restos pueden quedar en cualquier utensilio y afectar las recetas y a quienes las ingieren.
Una de las estrategias que muchas personas siguen es empezar cocinando las recetas “sin” y, posteriormente, preparar las que pueden incorporar esos ingredientes que para otros son “prohibidos”. De este modo, se evita la contaminación cruzada.
Asimismo, recuerda comprar siempre los productos que están certificados con logos por los fabricantes para asegurarte de que cubren tus necesidades, comprueba el etiquetado y evita comprar productos a granel en lugares donde no especifican sus ingredientes.