Muy apreciado como condimento en nuestra gastronomía y presente en muchos de los platos tradicionales de la cocina mediterránea, el ajo es un alimento muy nutritivo. Se puede consumir fresco o cocinado, y también puede encontrarse en polvo. Excepto cuando está cocido, tiene un olor y sabor intensos, y suele consumirse troceado o entero en platos de carne, pescado, sopas y platos de verdura.
Pero esta planta no se aprecia solamente en el campo gastronómico, sino también en el medicinal. Y es que el ajo es conocido por ser un remedio natural que se ha sido utilizado a lo largo del tiempo para el tratamiento de diversas dolencias.
Su origen se sitúa en Asia Central, y desde allí se extendió a todo el mundo. Se tienen noticias de su utilización como energizante en la alimentación de los obreros que construyeron las pirámides de Egipto. Y hasta tal punto se hizo necesario que, cuando faltó, los obreros se negaron a trabajar, dando lugar a la primera huelga que se conoce.
En Grecia los atletas también lo comían antes de la competición para coger fuerzas, y después de ella para reponerse. También los romanos recomendaban su uso como antiparasitario y como medida contra variadas miasmas. En el periodo colonial fue introducido en África y América y durante la Primera Guerra Mundial se utilizó en la desinfección de las heridas, cuando faltaron los antisépticos convencionales.
Ajo: valores nutritivos
Es fuente de minerales como el yodo, fósforo, potasio y vitaminas como la B6. Sus propiedades están basadas sobre todo en los componentes sulfurados que contiene (alicina, alil/dialil sulfidos). Los efectos que produce el ajo parecen manifestarse sobre todo cuando se ingiere crudo. Sin embargo, ciertos autores señalan que mantiene sus propiedades tras el proceso de fritura o cocción.
De todas formas, hay algunos trucos para evitar el desagradable sabor que se queda en la boca tras comerlo crudo: acompañarlo de perejil, comer hojas verdes de apio, chupar hojas de menta o cáscaras de eucalipto como si fueran caramelos, hacer enjuagues con agua y limón o manzanilla, etc.

Otros tipos de ajo: japonés, macho o chino
El que consumimos habitualmente es el ajo blanco. Sin embargo, existen otros tipos, como el japonés, el macho o el chino. El ajo japonés es un poco más redondo y amarillento que al que estamos acostumbrados. El ajo macho está conformado por un único diente y es considerablemente más pequeño y redondo. Y el ajo chino tiene vetas moradas por fuera y es blanco por dentro, mientras que tiene menos sabor.
Principales propiedades curativas del ajo
Ahora que ya sabes algo más sobre el ajo, te contamos cuáles son las principales propiedades curativas que se le atribuyen hoy en día para que puedas usarlo como remedio natural. ¡Toma nota!