“Propiedades fundamentales”, “alimento increíble”, “buena fuente de vitaminas”… son muchas las bondades que se le atribuyen a la levadura nutricional pero, ¿qué hay de cierto en todas ellas? La verdad es que prácticamente todo. Este suplemento alimentario es hoy en día alabado por su aporte en proteínas de alto valor biológico, su riqueza en vitaminas, minerales y por supuesto fibra.
Uno de los errores más comunes a la hora de consumir la levadura nutricional es compararla, y por lo tanto tratarla de la misma forma, que la levadura de cerveza. La realidad es que aunque parten de la misma cepa, no tienen nada que ver, siendo además la levadura nutricional más agradable al gusto, similar al de los frutos secos o al queso (de hecho resulta ser un buen sustito en algunas recetas).
¿Por qué es tan beneficiosa para nuestro organismo la levadura nutricional?
Con propiedades como antivirales y antibacterianas y repleta de nutrientes como las vitaminas del grupo B, aminoácidos, minerales o fósforo, la levadura nutricional puede ayudar a tratar de forma natural afecciones como las infecciones por cándida o el acné, además de para estimular nuestro sistema inmunológico, algo que además en invierno todos necesitamos de forma mucho más intensa. A algunas de ellas, dependiendo del fabricante, se les añade la vitamina B12. Debido a su alto nivel de fibra, su consumo también se aconseja a deportistas de alto rendimiento, ya que contribuye en positivo a mejorar la recuperación tras la práctica.
¿Cómo consumir la levadura nutricional en nuestro día a día?
Antes de aprender a usar la levadura nutricional cabe destacar, además, que este alimento es una levadura inactiva que nada tiene que ver la fermentación, de ahí que la levadura nutricional no sirva para hacer pan, porque no fermenta. El hecho de estar inactiva también hace que su consumo sea muy seguro, ya que no es capaz de alimentar a otros hongos.
Excelente sustituto del queso, la levadura nutricional se puede utilizar para condimentar casi todo tipo de platos, como salsas, gratinados o pastas. Su forma, para más inri, tiene cierta similitud con el queso rallado (son como hojuelas), por lo que visualmente encaja a la perfección. Gusto, vista y ahora, textura; porque gracias también a sus particularidades espesantes, añade sabor y consistencia a sopas o smoothies, y es muy popular a la hora de elaborar las típicas palomitas de maíz, de la que hoy os contamos la receta:
Ingredientes para dos personas:
- 1 cucharada soperas de levadura nutricional
- 1/2 cucharadita de chile molido (al gusto)
- 1/2 cucharadita de sal
- 4 tazas de palomitas de maíz recién hechas
- Un cuarto de taza de aceite de oliva
Elaboración:
En un mortero, mezclar la levadura nutricional con el chile y la sal. Reservar. Colocar las palomitas de maíz en una bandeja para hornear y rociarlas con el aceite. Mezclar. A continuación, espolvoreamos la mezcla del mortero y lo mezclamos todo de nuevo. Hornear a 180º durante 15 minutos.