Cosmética orgánica a base de algas, chuches sin conservantes ni azúcar refinada, esponjas y jabones hechos de setas, ropa con tejidos que provienen de la madera del eucalipto, caviar ecológico, esmalte de uñas bio, jabones para el afeitado y aftershave sin parabenes ni derivados del petróleo, cerveza, vino y mojitos naturales… Son productos de la cultura ecológica, una tendencia que cada vez tiene más adeptos. “Es un sector muy pujante, un mercado que no para de crecer, de innovar, de generar emprendedores que además promueven el consumo responsable. Aunque queda mucho por hacer, siempre hay cosas nuevas”, apunta Cristina Diago, responsable de comunicación de Biocultura, la feria de referencia del sector.
En los últimos años el promedio de crecimiento anual en la producción ecológica es de un 11%. Cristina alega que estas cifras con acordes a un cambio de hábito. “Se ha cortado con el consumo desmedido. Ahora la gente, en vez de llenar el carro para todo el mes, compra en los pequeños comercios de barrio y mira más la calidad y procedencia de los productos. Se prefieren los alimentos frescos, naturales y de temporada, que no necesitan procesos de conservación y cuya vida útil es más larga”. La agricultura ecológica es una industria que requiere de certificaciones especiales para poder comercializar sus productos. Hay que buscar siempre los sellos. El europeo de la hoja verde, y el sello de la comunidad donde se produce el alimento.
¿Qué es un alimento orgánico?
Aquellos que son producidos sin usar:
• Químicos
• Antibióticos
• Hormonas
• Conservantes
• Colorantes
• Cualquier clase de aditivos artificiales
© Omar Ayyashi
Las frutas y verduras de origen orgánico no siempre tienen un buen aspecto, pero son más sabrosas. No sólo los alimentos de origen vegetal pueden contar con una certificación orgánica, también los de origen animal, mientras hayan sido producidos cumpliendo con los puntos anteriores y brindando a los animales las condiciones de vida que les permitan desarrollar sus funciones básicas.
Ellas apuestan por lo bio
Las actrices Elena Furiase, Marina San José y Norma Ruiz se decantan por una filosofía bio, es decir, son conscientes de cómo los alimentos les benefician o les afectan. "Me he dado cuenta últimamente es que no me sienta bien la levadura de cerveza. Me sienta mucho mejor una copa de vino que una cerveza. Igual sería interesante hacerme un análisis de intolerancias de alimentos…", apunta San José. Por otro lado, Elena se toma muy en serio su rutina de comidas: "Casi siempre desayuno un pan de maíz y semillas que compramos cerca de casa y está riquísimo, o un pan integral de centeno". Y Norma Ruiz lo tiene claro: "Hace tres años que casi todo lo que compro es ecológico, y la verdad es que lo estoy notando; en la piel, en las digestiones, en las uñas, en el pelo, en el sueño... Noto que tengo más energía para aguantar las 10 horas de rodaje".
© Omar Ayyashi
Aprende más sobre esta tendencia en el número de enero de la revista Objetivo Bienestar, en tu kiosko a partir del 19 de diciembre.