? Qué nos pide el cuerpo. De cada 10 calorías que quemamos necesitamos al menos tres de vuelta, según un mecanismo de compensación biológica que nos garantiza que permanezcamos bien alimentadas. Pero hay quien desea más, explica greatist.com.
? Motivación y recompensa. Los que caen en la tentación de una comida copiosa suelen ser personas que no están especialmente motivadas con el deporte o con el ejercicio físico que están realizando. Al contrario, aquellas que encuentran satisfacción haciéndolo alargan el proceso de recompensa psicológica con un plato healthy. Para evitar lo primero, la clave es practicar un ejercicio que sí nos guste o ya estamos condenadas al fracaso.
? Malos cálculos. Tendemos a creer, erróneamente, que quemamos más calorías de las que realmente quemamos con el ejercicio y subestimamos las que luego proceden de la comida. Así se demostró en un estudio británico con personas obesas que seguían una dieta y practicaban deporte.
? Cambia tu dieta. Opta por alimentos más saciantes, como frutas y verduras, come varias veces al día y equilibrado, y distingue el hambre emocional del que es real.
Si quieres perder peso debes evitar estos alimentos después de hacer ejercicio.