Desde hace unos años, la salud digestiva se ha convertido en un tema principal, que acapara toda la atención de profesionales y pacientes. Palabras como microbiota, probióticos y prebióticos se han incorporado a nuestro vocabulario y las utilizamos con mayor o menor frecuencia.
Pero, ¿habías oído hablar alguna vez de los postbióticos? Es otro término relacionado con el ámbito digestivo, aunque la mayoría aún desconoce su significado y la relación que tiene con los probióticos y prebióticos.
¿Qué son los postbióticos?
Los postbióticos son componentes bioactivos producidos por la fermentación bacteriana. Dicho de otra manera, son unas moléculas producidas por los probióticos cuando consumen prebióticos. Aunque son sustancias de desecho generadas por los microorganismos durante su metabolismo, tienen efectos beneficiosos en el organismo y pueden ayudar a prevenir y tratar ciertas enfermedades.
Según los expertos, los postbióticos podrían minimizar los síntomas de algunas alergias, mantener a raya los niveles de azúcar en sangre y disminuir la intensidad de los cólicos intestinales y el riesgo de padecer estreñimiento y diarrea.

¿En qué se diferencian de los probióticos y prebióticos?
Aunque casi se pronuncian igual y sólo cambia el prefijo, existen diferencias entre los tres conceptos. Antes de detallar qué son y qué funciones tiene cada uno, hablaremos de la microbiota intestinal, ya que forman parte de ella. Está formada por microorganismos vivos del tracto intestinal. Se trata de millones de bacterias, la mayoría situadas en el colon, cuya función principal es protegernos de los agentes patógenos.
Normalmente, los microorganismos conviven en armonía. Sin embargo, la flora intestinal puede desequilibrarse por una dieta inadecuada, una vida sedentaria o sufrir alguna patología digestiva previa, como colitis o la enfermedad de Crohn. Tomar ciertos fármacos también puede dañar las bacterias beneficiosas y alterar la microbiota.
Aquí entran en juego los probióticos y prebióticos, ambos esenciales para restaurar la microbiota. Los probióticos, presentes en alimentos como el yogur, el kéfir, el chucrut, el kimchi o la kombucha, ayudan a tener una flora intestinal equilibrada. De ahí que cada vez más personas los incluyan en su alimentación.
Los prebióticos, por su parte, son hidratos de carbono fermentados por la flora intestinal y forman parte de la fibra alimentaria. Se hallan en la leche materna, en las legumbres y en vegetales ricos en fibra. Cebollas, avena, pimientos, plátanos y manzanas son una fuente de prebióticos.

7 alimentos de toda la vida que no sabías que son ricos en probióticos
Beneficios de los postbióticos
Como hemos dicho, los postbióticos son unas sustancias derivadas de los probióticos, muy beneficiosas para el organismo. Tanto es así que los científicos investigan su alcance y efectividad real. De esta manera, los suplementos de postbióticos podrían ser una solución a muchos trastornos digestivos, sin necesidad de recurrir previamente a los probióticos.
Lo que sí se ha demostrado es la efectividad de los postbióticos en la prevención y el tratamiento de patologías digestivas. Esto es posible gracias a los beneficios que aportan estos componentes vivos, entre los que destacan:
- Modulan la microbiota residente
- Mejoran las funciones de la barrera intestinal
- Modulan la respuesta inmunitaria y la metabólica
- Se pueden aplicar en dosis más potentes
- Son más estables y aguantan mejor. Al ser microorganismos vivos, tienen mayor capacidad de aguantar a largo plazo en el entorno

¿Qué alimentos contienen postbióticos?
En cuanto a dónde podemos encontrarlos, la vitamina K es un buen ejemplo de postbiótico. Se trata de un compuesto liposoluble, presente sobre todo en vegetales verdes, como col, espinacas y acelgas. La vitamina K es muy importante para la coagulación sanguínea y el mantenimiento de los huesos.
Además de esta sustancia, los alimentos más ricos en postbióticos son los mismos con abundantes probióticos, obtenidos de forma natural durante la fermentación. De ahí que el yogur, el suero de leche, la kombucha, el chucrut, la sopa de miso y el kimchi sean una fuente de postbióticos.
Ahora que ya conoces los beneficios de los postbióticos, es el momento de tenerlos en cuenta en tu dieta, en la que no deben faltar frutas, verduras y legumbres. No olvides hacer deporte de forma moderada y regular para mantener la flora intestinal en buen estado.