- Haz elecciones conscientes. Si comes fuera de casa, detente a pensar unos segundos en lo que quieres llevarte a la boca. Si te apetece un plato calórico, pídete, al menos, un segundo que sea ligero. O mejor: pídete dos primeros platos.
- Agua el alcohol. Las bebidas alcohólicas engordan mucho. En caso de tener que asistir a un evento social o una efeméride, después de beberte una copa de vino, bebe un vaso de agua antes de dejar que te vuelvan a rellenar la copa.
- Aprende a comer menos cantidad. Aprovecha las celebraciones y fiestas para poner en práctica lo que has descubierto: en lugar de llenarte tanto el plato, recréate con los sabores y texturas de los alimentos, masticándolos concienzudamente, y disfrutando de la compañía de otras personas.
- Pásate al 80-20. No hay que obsesionarse con llevar un régimen espartano. A la larga, lo importante es seguir una pauta dietética el 80% de los días y hacer excepciones el 20% restante. La experiencia enseña que las personas que son poco flexibles consigo mismas acaban frustrándose y tiran la toalla antes de tiempo.
Descubre qué hábitos alimenticios pueden evitar que hagas dieta