Qué tipo de ácido fólico tomar según tus genes

El ácido fólico es una vitamina que depende de fuentes dietéticas o suplementación y que, sin embargo, tiene un papel vital en múltiples funciones corporales y, sobre todo, durante la etapa del embarazo. Te contamos algunas curiosidades sobre él y cómo saber cuál es el más apropiado para ti

Qué tipo de ácido fólico tomar según tus genes
Qué tipo de ácido fólico tomar según tus genes
Cristina Román

Periodista

Las vitaminas y algunos nutrientes son fundamentales para la mayoría de funciones del cuerpo humano. Sin embargo, algunas de ellas no se generan por sí solas en el organismo, sino que tenemos que ingerirlas a través de la alimentación, o incluso en algunos casos a través de suplementos.

Aunque en un primer momento los suplementos puedan generar rechazo, es mucho mejor recurrir a un buen suplemento que quedarse con la carencia de alguna vitamina esencial, ya que los daños que esa falta pueden generar son peligrosos. Y hoy os vamos a hablar de una de esas vitaminas que son esenciales para la salud: el ácido fólico.

¿Qué es el ácido fólico?

Se trata de una vitamina, también conocida como vitamina B9, que se descubrió en 1930 y que desempeña un papel fundamental en la formación de células rojas en la sangre. El cuerpo humano no es capaz de sintetizarlo y crearlo, por lo que es una vitamina que depende totalmente de ser ingerida a través de suplementos o fuentes dietéticas.

Esta vitamina ayuda a formar nuestro ADN y está involucrado en el metabolismo de las vitaminas. Los tejidos que crecen rápidamente, como los de un feto en un embarazo, pero también los glóbulos rojos y células del sistema inmunológico tienen una gran demanda de él. Además, tiene un papel clave en la descomposición de la homocisteína, que puede llegar a ser nociva para el cuerpo si está presente en grandes cantidades.

El ácido fólico o vitamina B9 tiene que ser ingerido por dieta o suplementos
 

Problemas que ocasiona la falta de ácido fólico

Para mujeres que no están embarazadas, tener un déficit de esta vitamina se puede transformar en una anemia megaloblástica, que está caracterizada por unos glóbulos rojos más grandes de lo habitual y de forma desigual, que acaban teniendo un menor ciclo de vida.

También se relaciona su déficit con síntomas como la fatiga, debilidad, insomnio, encanecimiento prematuro del cabello y problemas digestivos. Algunas causas que promueven su deficiencia en nuestro cuerpo son, por ejemplo, el consumo de píldoras anticonceptivas, la gestación, consumo de alcohol, medicamentos o metales pesados en el cuerpo.

Durante el embarazo, si la madre tiene un déficit de esta vitamina, puede afectar a los fetos creándose deformidades en el tubo neural, columna vertebral y cerebro del bebé, paladar hendido, daño cerebral o desarrollo lento. De la misma forma, puede afectar a la madre embarazada con un parto prematuro, con hemorragias posparto y anemia.

Fuentes dietéticas de ácido fólico

Se recomienda que los adultos sanos obtengan al menos 400 mcg al día para prevenir una deficiencia. Esta cantidad aumenta en situaciones como el embarazo y la lactancia. Las principales fuentes dietéticas se encuentran en los vegetales de hoja verde (como las espinacas, lechuga romana, espárragos, coles de Bruselas y brócoli), en el hígado y vísceras de animales, en el pan integral y en los cítricos.

Sin embargo, también lo encontramos en menores cantidades en las legumbres, cacahuetes, semillas de girasol, marisco, huevos y granos enteros. Asimismo, su concentración en estos alimentos es muy variable ya que algunos de ellos, como las legumbres, tienen inhibidores que pueden afectar a su absorción.

Las principales fuentes de ácido fólico son los vegetales de hoja verde, el hígado,  el pan integral y los cítricos
 

La mutación genética que requiere otro ácido fólico

Como se ha dicho anteriormente, un exceso de homocisteína en el cuerpo es un factor de riesgo para diferentes enfermedades en el cuerpo. Aproximadamente el 50% de las personas tienen diferentes variaciones del gen MTHFR, un gen que nos ayuda a procesar esta vitamina, mientras que el otro 50% no cuenta con este gen que se encarga de ayudar al cuerpo a procesar y sintetizar correctamente el folato para producir el ADN, crear proteínas y descomponer la homocisteína en el cuerpo. Tener altos niveles de homocisteína en la sangre se traduce en tener bajos niveles de folato y otras vitaminas.

Esta particularidad se detecta en unos análisis de sangre y suele recomendarse cuando se han dado casos de anemia severa difícil de tratar o abortos de repetición. De esta forma, se detecta qué tipo de gen MTHFR tiene cada mujer y qué tipo de ácido fólico es el recomendado para mantener el equilibrio y evitar su déficit. Este tipo de mutaciones son genéticas y se heredan.

Diferencias entre folato y ácido fólico

Hay que remarcar que el ácido fólico es un folato artificial, sintético. El folato es una vitamina que se encuentra naturalmente en los alimentos, mientras que el ácido fólico se encuentra en suplemento y es agregado a los alimentos fortificados. Ambos términos se usan indistintamente, pero dependiendo de la variedad genética, será más fácil o más difícil que el ácido fólico en su forma sintética sea absorbido.

Así, las personas que no tienen ninguna particularidad en este gen pueden procesar cualquier tipo de ácido fólico, desde el que proviene de la alimentación como de la suplementación habitual. Mientras que las personas que tienen una variante genética en el gen MTHFR C677T, algo muy común, tienen que asegurarse de tomar otra variante para que el cuerpo lo pueda sintetizar correctamente.

Es por ello que, para las personas que tienen una mutación en el gen MTHFR es necesario suplementarse en determinados momentos con folato activo como solución para asimilar y metabolizar el ácido fólico. Así, les será posible transformar el que hay en los alimentos o de los suplementos en su forma activa. Es por ello que se les recomienda que tomen esta vitamina ya en su forma activada y preparada para ser sintetizada y absorbida sin ningún otro tipo de problema.

Lo importante es poder detectar si se tiene esta mutación genética o no para saber qué tipo de ácido fólico tomar, ya que su déficit es una de las diez carencias nutricionales que causan estrés y malhumor, pero también otras enfermedades y problemas más graves si no se trata a tiempo.

Sobre el autor
Cristina Román

Periodista española especializada en Nutrición en UK. Creadora y editora de I AM BIO

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