En el artículo Aceite de girasol: por qué deberías desterrarlo de tu cocina, explicábamos cómo la guerra entre Rusia y Ucrania está afectando al comercio de alimentos entre estos países y otras zonas de Europa y del planeta. En el caso del aceite de girasol, cuyo principal país exportador es Ucrania, el mercado español está experimentando un creciente aumento tanto de su precio como de su demanda, provocado por el miedo de los consumidores a quedarse sin provisiones de este producto alimenticio tan utilizado en nuestra gastronomía.
Sin embargo, esta alarma social ha vuelto a poner sobre la mesa un debate con el que los dietistas-nutricionistas ya hace tiempo que intentan acabar: el uso de este aceite refinado en la cocina, especialmente para las frituras. Un método poco saludable ya que se trata de un aceite que se oxida rápidamente con el calor y que, por tanto, puede generar compuestos potencialmente tóxicos, además de alterar las propiedades nutricionales de los alimentos y de hacerlos mucho más calóricos y grasientos.
La fritura es un método de cocción poco recomendable que deberíamos utilizar lo mínimo posible
En su lugar, es mucho mejor optar por cocciones más ligeras como los salteados, el wok, la plancha, el horno o los marinados.
Aún así, en la mayoría de ellos seguiremos utilizando algún tipo de grasa que facilite la cocción del alimento y que evite su adhesión al utensilio de cocina. En cualquier caso, siempre será muy buena opción añadir especias como el romero, que ayudarán a retrasar las reacciones de oxidación, especialmente si utilizamos aceites vegetales.
¿Cuáles son las opciones más indicadas según los especialistas en salud natural y cocina terapéutica?