Las vitaminas son nutrientes indispensables para el correcto funcionamiento del cuerpo que se obtienen, generalmente, a través de la ingesta de frutas y verduras. Entre los diferentes tipos de vitaminas que el cuerpo precisa destaca por sus funciones la vitamina C, un micronutriente hidrosoluble que resulta imprescindible para la vida y para que el organismo desarrolle ciertos procesos metabólicos.
También conocida como ácido ascórbico, ayuda a proteger las células contra los daños causados por los radicales libres. Estos son compuestos que se forman cuando el cuerpo convierte los alimentos que consumimos en energía, pero las personas también están expuestas a ellos por el humo del cigarrillo, la contaminación del aire y la radiación solar ultravioleta.
¿Qué es y para qué sirve la vitamina C?
Se trata de una vitamina soluble en agua que apoya el crecimiento y el desarrollo normal del cuerpo y ayuda a absorber el hierro. El cuerpo no produce ni almacena vitamina C de forma natural, por lo que es importante incluirla en la dieta. El papel que desempeña este nutriente en el organismo lo convierte en un elemento determinante para gozar de una buena salud.
En primer lugar, la vitamina C contribuye a neutralizar los radicales libres, principales causantes del deterioro celular y, por extensión, ayuda a frenar la aparición de los signos del envejecimiento y las enfermedades degenerativas. Además, potencia la creación de glóbulos rojos y colágeno, lo que influye en la curación de heridas en la piel y en los músculos. También contribuye en el proceso de absorción de otras vitaminas y minerales e interviene en el proceso de metabolización de las grasas.
Este es el amplio e importante espectro de funciones que desarrolla el ácido ascórbico en nuestro organismo:
- Estimula las defensas: este nutriente fomenta la producción de glóbulos blancos, los cuales nos ayudan a protegernos de las infecciones.
- Fabrica colágeno: interviene en la síntesis de este componente esencial del tejido conectivo que se encuentra en los vasos sanguíneos, tendones, ligamentos, huesos y la piel y que contribuye a la cicatrización de las heridas. Por este mismo motivo, es un ingrediente muy buscado en la cosmética. Los sérums con vitamina C para la cara se han convertido en una de las formas más importantes de cuidarse la piel.
- Ayuda a absorber el hierro
- Reduce los síntomas del resfriado
- Ayuda a mantener bajo control la presión arterial: Un estudio realizado en la Escuela de Medicina Johns Hopkins demostró que los suplementos de este nutriente reducen la presión arterial sistólica (el valor superior) en 4,9 mmHg y la presión arterial diastólica en 1,7 mmHg en las personas hipertensas.
- Reduce el riesgo de sufrir enfermedades crónicas: Cuando los radicales libres se acumulan en nuestro organismo producen lo que se conoce como estrés oxidativo, el cual se ha relacionado con numerosas enfermedades crónicas y degenerativas, como el cáncer, los trastornos autoinmunes, la artritis reumatoide, las enfermedades cardiovasculares y las neurodegenerativas. Debido a su gran poder antioxidante, protege las moléculas de los daños que causan estos radicales libres.

¿Qué puede curar la vitamina C?
Siempre se ha creído que esta vitamina podía curar los resfriados. Sin embargo, ya son muchos los estudios que han demostrado que ni los cura ni los evita. Eso sí, tomar la dosis recomendada de forma habitual ayuda a tener síntomas más leves cuando estos se producen.
¿Qué alimentos tienen vitamina C?
Las frutas y las verduras son los alimentos que más contiene. Aunque se suele pensar que los cítricos y la lechuga tienen vitamina C, lo cierto es que son de los que menos tienen. Hay otros, como las fresas o el kiwi, que contienen más cantidad por gramos de este nutriente. Si de verdad quieres introducirla en tu dieta, estos son los alimentos que más te servirán:
- Pimiento rojo, el mejor alimento que puedes consumir si quieres este nutriente.
- Pimiento verde
- Col rizada
- Brócoli
- Coliflor
- Fresas
- Piña
- Kiwi
- Pomelo
- Papaya
¿Qué pasa si tomo vitamina C todos los días?
En condiciones normales, la mayoría de las personas pueden obtener la cantidad adecuada de vitamina C a través de una dieta saludable, ya que la dosis diaria recomendada para un adulto es de 65 a 90 mg. En el otro extremo, el límite máximo que se recomienda no superar son los 2000 mg de vitamina C al día, una cantidad difícil de alcanzar solo con la alimentación.
En cambio, algunos suplementos pueden incluir megadosis que, acompañados de la que va presente en los alimentos, produzca un exceso de este nutriente en el cuerpo. Cuando esto ocurre, el cuerpo reacciona y puede tener síntomas como:
- Diarrea
- Náuseas
- Vómitos
- Acidez estomacal
- Cólicos abdominales
- Dolor de cabeza
- Insomnio