No siempre hay que correr como alma que lleva el diablo a comprar la última chuchería cosmética que llega al mercado. Hay auténticos clásicos que llevan varias décadas ayudando a las mujeres de todo el mundo a luchar contra el reloj o a sentirse más guapas o reforzar su belleza natural con algunos productos que nos llevan acompañando muchos, muchos, años.
Algunos de los productos cosméticos de los que hablaremos ya se vendían en España hace años y otros, aunque ahora sí los podemos conseguir con facilidad, en su momento eran ese ‘oscuro objeto de deseo’ que se encargaba al privilegiado amigo o amiga que podía viajar a París o a Londres conseguirlo.
Sus formulaciones siguen siendo las originales y, en la mayoría de casos, solo han modificado levemente su química o sí han remodelado por completo sus botes y tarros para adaptarse a los nuevos gustos. Pero con todo esto, no dejan de ser las misma que ya usaban tu abuela y tu madre, esas que nada más abrir el tubo te transportan a la infancia.
Porque ¿quién no recuerda esos trucos de belleza de su madre, de su tía o de su abuela? ¿Quién no recuerda observar, sentada en el filo de la bañera o encima del sanitario, cómo esa mujer de referencia se hacía una generosa raya del ojo?
¿Quién no trasteó en el neceser de cosméticos de su progenitora mientras preguntaba “¿Y esto para qué sirve?” ante la atenta mirada de esa mujer que entonces (y ahora) lo era todo para nosotras?
Madres, abuelas, tías y amigas siempre nos han aconsejado qué cremas, maquillajes, polvos o labiales nos favorecen o qué trucos son los mejores para exprimir al máximo las características de estos productos y también nuestros puntos fuertes.
No solo de novedades vive el mundo de la belleza, la investigación y últimas tecnologías siguen avanzando pero hay clásicos que nunca nos fallarán y que por eso se han convertido casi en un mítico.