¿Te has planteado por qué con la caída de las temperaturas te miras al espejo y parece como si tuvieras años de más? ¿Por qué se acentúan las arrugas? ¿Por qué las manos se agrietan con tanta facilidad?
«Los cambios drásticos de temperatura provocan una vasoconstricción en la microcirculación venosa», explica Cayetano L. Gutiérrez, director de SkinClinic, «Esto se traduce en un menos aporte de lípidos. Además, la sequedad ocasionada por agentes externos como el viento o la sequedad de las calefacciones acelera la pérdida de agua cutánea. Estos procesos se aceleran en las pieles sensibles y el resultado es falta de hidratación, ligera descamación, rojez e, incluso, picor».
La solución está en cremas, aceites o serums que restauren los hidrolípidos y calmen el picor y los que te proponemos a continuación te salvarán todo el invierno.