- ENFRÉNTATE A MIEDOS E INSEGURIDADES. En general, las debilidades forman parte del ser humano, pero si les damos mucha importancia pueden afectar sobremanera a nuestra vida diaria y tener consecuencias a nivel físico y psicológico. Reflexiona sobre lo que no te hace sentir bien, sobre tus temores, e intenta trabajar en ello y relativizar. No dudes en pedir ayuda a un terapeuta si es necesario.
- ANALIZA TU RITMO DE VIDA. Si eres de las que dice a menudo "no tengo tiempo" o "estoy agotada" es probable que no te estés organizando bien y no te dediques tiempo a ti misma. Encuentra un momento para parar y observa qué no funciona.
- SÉ RIGUROSA CON LA HIDRATACIÓN. No todo el mundo se apunta a la norma de beber entre uno y dos litros de agua al día, por notar su falta de sabor o por no tener el hábito. Si formas parte de este grupo, también puedes optar por zumos, infusiones, bebidas isotónicas o caldos, que te ayudarán a mantener el equilibrio de hidratación del cuerpo. Aunque nunca debes dejar de beber agua.
- FRÍO NO; CALIENTE, TAMPOCO. Los alimentos y bebidas muy fríos o muy calientes pueden irritar la musculatura del aparato fonador, además de otros órganos como el esófago o el estómago. Consúmelos a temperatura tibia.
- RESGUARDA LA ZONA DEL CUELLO. Un pañuelo o bufanda son buenos compañeros para superar los cambios bruscos de tiempo y además no exponerte a gripes y resfriados, típicos de la etapa otoñal.
- NO HABLES POR LOS CODOS. Si hablas en exceso por trabajo o porque tiendes a ello intenta dar un respiro a tu voz, es un músculo que también se cansa. Rehúye también de entornos ruidosos que te obligan a forzarla.
7 claves para cuidar tu voz
Si tus nervios hacen que pierdas la voz o que se quiebre, mejor que tengas en cuenta una serie de pautas saludables y consejos que te ayudarán a corregir la situación.
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