Elisabet y Montse son pioneras en la asesoría de imagen. En el año 2000, fundaron Quémepongo. Además de ayudar a hombres y mujeres a sacarse el mejor partido, han creado una metodología propia tanto para su trabajo como asesoras o personal shoppers como para los múltiples cursos y másters que imparten. También han publicado los libros “¿Qué me pongo?” y “Y yo, ¿qué me pongo?”. Así mismo, han creado un “Test de Color” único en el mercado que te permite conocer qué colores debes utilizar en cada ocasión.
¿Qué importancia tiene el color en la imagen?
Montse Guals. El color comunica y aporta mensajes. La vida sin color no existe. Cuando vamos por la calle, lo que vemos es color. Y cada color nos despierta emociones y sensaciones. A través de ello, podemos comunicar lo que queramos: seriedad, cercanía, jovialidad, dinamismo… todo. Pero no nos podemos quedar solo en que un color es bonito o aporta jovialidad. En Quémepongo, tenemos muy estudiado e interiorizado que podemos utilizar cualquier color teniendo en cuenta que los colores no transmiten lo mismo a todas las personas.
Elisabet Olivé. Nosotras trabajamos la imagen que ofrece una persona dependiendo del color; aunque no hay que olvidar el tema del estilo. Y, en cuanto al color, también es muy importante saber cómo se combinan, tanto los lisos como los estampados.
Generalmente trabajamos la belleza, la imagen y el estilo conjuntamente. Pero hay veces que damos más énfasis a alguna en concreto, dependiendo de lo que le interese a cada persona.
Los colores nos despiertan emociones y sensaciones
¿El color realmente influye en las emociones?
Elisabet. Por supuesto. El color hace que nos sintamos mejor con nosotros mismos. Y está probado por psicólogos y sociólogos. Si nos pusiéramos colores que realmente nos sientan bien, subiría nuestra autoestima.
Montse. Con el color, no solo comunicamos a los demás, también nos comunicamos a nosotros mismos y nos afecta en nuestras emociones. Si un color nos aporta un punto de tristeza o aburrimiento a nuestra imagen, internamente nos sentiremos así. Las personas nos movemos por emociones y sensaciones y llevar un color te invita a una emoción y a una sensación.
Pero, ¿cómo sabemos qué colores nos favorecen?
Montse Guals. Nosotras hemos creado un test del color. Con nuestra técnica analizamos en profundidad qué colores favorecen a cada persona. Lo más importante es definir cuál es tu tonalidad: cálida o fría. En función de la calidez o frialdad predominante en tu rostro (color de piel, de ojos y de cabello), deberás utilizar colores cálidos o fríos. A rasgos generales, en nuestra sociedad mediterránea solemos ser mayoritariamente cálidos por lo que todos los colores que llevan un punto de magenta nos favorecen más.
Otro tema importante es el estilo individual. Por ejemplo, si una persona fría quiere pasar desapercibida, debe utilizar colores fríos para empatizar; esto le dará armonía pero no resaltará nada en su rostro. Si, por el contrario, quiere un punto más contrastado y que las líneas de su rostro sean más definidas, debe utilizar colores completamente contrarios a su armonía de piel.
Nosotras tenemos todo un abanico a la hora de trabajar el color. El estudio del color tiene que ser completamente personalizado ya que cada uno tiene una forma de rostro, una forma de cuerpo y un objetivo.
Elisabet. Trabajamos la “Consigna cromática”: belleza, imagen y estilo. La belleza serían los colores que te favorecen. La imagen es lo que quieres transmitir: seriedad, dulzura, frescura, etc. El estilo, en consonancia con la personalidad de cada uno, aporta un punto clásico, de vanguardia, de tendencia, etc.
El gran error que comete mucha gente es comprarse una prenda de un color determinado porque ha visto que a una amiga le queda bien.
En general, solemos pensar que el rojo transmite vitalidad, el rosa dulzura, el azul seguridad. ¿Esto es así realmente?
Montse. ¿Qué rojo? ¿Cálido o frío? ¿Qué azul? ¿Cálido o frío? Todos los colores, dependiendo de los pigmentos de los que estén compuestos, tienen dos versiones de tonalidad: cálida y fría. En Quémepongo, no acotamos colores. Acotamos armonías y saturaciones, ya que todo depende de la armonía de la piel.
Por ejemplo, si eres cálido, pones un color completamente frío , contrastado con tu armonía , y, como no aporta volumen, se te definen mucho más las líneas. De esta forma, tu mandíbula se crece y transmite seguridad.
Por el contrario, para manifestar dulzura, optaremos por un color cálido que proporcione algo de volumen con el fin de redondear la cara.
Hay un detalle importante que, en general, la gente no lo sabe: cuanto más cerca del rostro tengamos el color, más interactúa con nuestras líneas. Por eso decimos que el color comunica. Con el color tenemos una herramienta muy eficaz para transmitir.
A consecuencia de la pandemia, ¿ha habido algún cambio en cuanto a los colores que escogemos para vestirnos?
Elisabet. Durante el confinamiento, la gente ha descuidado bastante su forma de vestir. Eso ha provocado más tristeza y aburrimiento. Precisamente, deberíamos haber hecho todo lo contrario: vestirnos con colores para compensar el estado de ánimo bajo.
Ahora, sin embargo, se han comprado prendas más divertidas, con más color, con estampados. Se puede apreciar en las tiendas ya que han quedado las prendas más básicas y de colores más sobrios.
