La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano. Puede ocupar hasta 2m² y llegar a pesar hasta 4 kg. Su espesor oscila entre los 0,5 mm en los párpados y los 4mm justo en el otro extremo, los talones.
Las pieles correctamente hidratadas mantienen su elasticidad con mayor facilidad y permiten que actúen como lo que son, una barrera natural a la entrada de microorganismos patógenos que pueden dañar el cuerpo humano.
La piel, además, es un elemento clave para diagnosticar enfermedades no solamente en sí misma, sino también en relación con otros órganos y funciones de nuestro organismo. Es esencial, por tanto, mantener una piel bien hidratada.
La piel suele tener entre un 10 y un 20% de agua, dependiendo del tipo de piel, la temperatura ambiente, el clima en el que vivamos, la estación y el mes del año en el que estemos y la hora del día que sea.
En todo caso, niveles de agua que puedan bajar del 10% desatan la deshidratación que todos podemos ver a simple vista: piel seca, resquebrajada y cierta sensación de picor en los casos más extremos.
Aunque es cierto que en invierno es cuando más debemos cuidar nuestra piel porque el frío y las bajas temperaturas la maltratan, la primavera es otra estación clave a tener en cuenta, y más en la situación de confinamiento en la que nos encontramos.
¿Sabías que es precisamente en primavera cuando más sebo produce nuestra piel?
Nosotros te animamos a que conviertas el acto de hidratar tu piel en un ejercicio consciente de autocuidado. Es cierto que hidratarse es cuidarse a uno mismo, pero aprovechando que seguramente tengas más tiempo libre, ¿por qué no te das un pequeño homenaje y aprovechas para mimarte un poco más alargando el tiempo que dedicas a hidratarte?
A continuación, te explicamos cómo puedes hidratar tu piel de una forma sencilla esta primavera.