“La piel es un reflejo de nuestra salud”, explica la facialista Yvette Pons. Como ella, miles de profesionales coinciden en la importancia de cuidar día a día de nuestra dermis. Una capa del cuerpo que percibe con rapidez lo cambios de alimentación, la falta de descanso, los malos hábitos, el estrés y que, como todo, envejece con el paso de los años. Sin embargo, existen casos de envejecimiento facial prematuro que van más allá de la edad. Es justo en estos en los que hay que poner atención.
¿Por qué sucede? ¿Por qué mi piel se vuelve más grasienta? ¿Por qué tengo más puntos negros? Lo cierto es que no importa los años que tengas, sino el cómo estás cuidando de tu salud. De hecho, la piel es mucho más inteligente de lo que creemos y, en muchas ocasiones, podemos percibir la calidad de vida una persona por el aspecto de su piel.
Todo lo que pasa en nuestra piel está estrechamente vinculado con otras partes de nuestro cuerpo.
La dermis de nuestro rostro está unida a la musculatura de dicha zona y ésta permanece directamente adherida al sistema óseo del cráneo. Eso sí, debemos saber que el proceso de envejecimiento es único en cada persona, influido por factores internos, emocionales y externos.
Existen muchos factores que escapan de nuestro control, como la genética o la polución, pero hay otros que juegan un papel igual de importante y que está en nuestras manos poder controlar. Estas son las principales causas del envejecimiento facial prematuro. Ser conscientes de ellas es el primer paso para poder ayudar a prevenirlo y curar nuestra piel:
Alimentación
La alimentación es esencial para todas nuestras funciones corporales, para combatir las enfermedades y preservar la salud. De este modo, también juega un papel fundamental para la piel, el mayor órgano de nuestro cuerpo, y el proceso de envejecimiento, ya que esta utiliza los nutrientes que recibe para protegerse, recuperarse y renovarse. Si cuidamos nuestra alimentación, con una dieta sana y equilibrada, que favorezca el colágeno y la elastina, nuestra piel lucirá más sana y prevendremos el envejecimiento. En ese sentido, es muy importante no olvidarse de ingerir, a diario, muchos vegetales así como grasas saludables como las que encontramos en el aguacate, los aceites vegetales de primera presión en frío, los frutos secos y las semillas, el pescado azul o los huevos.
Por último, también es crucial mantenernos hidratados, ya que el agua aporta turgencia a la piel y desintoxica el organismo.
Tabaco
Todavía existe cierto desconocimiento social sobre los afectos adversos que puede provocar en nuestra piel. A largo plazo, el hábito de fumar puede producir fácilmente una vasoconstricción periférica, un estrechamiento de los vasos sanguíneos que afecta a la correcta vascularización de la piel. Esto provoca que, cuando no llega una correcta irrigación sanguínea a la dermis, esta no recibe el oxígeno suficiente, de modo que la piel pierde mucha vitalidad, no se encuentra lo bastante nutrida y los procesos de renovación del colágeno resultan altamente afectados.
Alcohol
El consumo del alcohol debilita las funciones de desintoxicación del hígado o pulmones. Cuando bebemos alcohol, igual que cuando consumimos tabaco, el nivel de oxígeno en sangre se reduce, afectando la producción de colágeno y repercutiendo en su elasticidad y firmeza.
Exposición solar
Otro de los factores que envejecen nuestra piel de forma prematura es el exceso de sol sin protección, causante del fotoenvejecimiento. La excesiva exposición solar puede empeorar el aspecto y la salud de nuestra piel. Los rayos UV actúan sobre las fibras de elastina, provocando flacidez y fragilidad. Debemos tener especial precaución y protegernos debidamente para minimizar los efectos del envejecimiento prematuro causado por este tipo de radiaciones.
Descanso
La falta de descanso hace que perdamos la oportunidad de regenerar nuestros tejidos de forma natural. Normalmente cuando no se consigue descansar bien se produce un aumento de cortisol, la hormona del estrés, durante el día. Esta hormona es altamente perjudicial para todo el organismo e inhibe la producción del colágeno.
Como vemos, si adoptamos estos hábitos saludables y buscamos el equilibrio nuestra piel lucirá más joven, sana y bella. Te mostramos ahora otras formas de cuidar de tu piel para prevenir el envejecimiento facial prematuro: