Al fin ha llegado: ya empiezan a bajar las temperaturas y comienzan a llegar las tardes de lluvia. ¡El otoño ya está aquí! Ese hermoso periodo de transición que pone fin al verano y que poco a poco nos lleva hacia el frío del invierno trae consigo cambios bruscos de temperatura, un ascenso de la humedad y otros factores climatológicos que pueden poner en peligro la salud de nuestro cabello.
Si con la humedad el pelo tiende a encresparse, con el cambio brusco de temperaturas se vuelve más frágil y quebradizo. Si a esto le sumamos que el uso del secador se hace cada vez más imprescindible… El resultado es que nuestro cabello suele sufrir más durante esta época del año.
No obstante, perder cabello durante el otoño es de lo más normal. Además de los factores externos que hemos mencionado, entramos en una época del año en la que el ciclo vital de la fibra capilar llega a su fin y muere, y nuevas fibras capilares empiezan a regenerarse, así que no te preocupes demasiado por ello.
Sin embargo, sí que podemos evitar que la pérdida del cabello sea mayor si aplicamos las medidas y tratamientos adecuados. Lo más importante que debemos tener en cuenta ante todo es la hidratación y la eliminación de residuos y contaminación de nuestro pelo. Aplicando una buena mascarilla nutritiva que prevenga la sequedad resultante del uso de secadores o planchas de pelo, sumado a otros tratamientos protectores, como aceites secos o cremas, podremos contrarrestar el impacto brusco del otoño sobre nuestro cabello.
Además de hidratar tu melena, existen otras buenas prácticas que conviene aplicar durante esta época del año y que nos ayudarán a mantener nuestro cabello más sano y fuerte. Aquí te dejamos 5 prácticos consejos para mantener un pelo saludable durante el otoño:
1- Procura no lavarte el cabello a diario
Muchos de nosotros tenemos la costumbre de hacerlo, pero en época de frío es recomendable hacerlo sólo cada dos o tres días. ¿Por qué? Pues porque el agua y otros productos que aplicamos a nuestro cabello, aunque muchos de ellos están indicados para uso diario, hacen que nuestro pelo pierda poco a poco los aceites naturales que lo ayudan a mantener la hidratación. Si tienes el pelo especialmente fino o con tendencia a engrasarse, puedes rociar las raíces con un champú seco.
2- Di sí al acondicionador
Procura no aplicarlo en las raíces, ya que esto podría engrasar tu cuero cabelludo, pero utilízalo con frecuencia, pues posee componentes que ayudan a mantener el cabello hidratado, además de evitar su rotura durante el cepillado.
3- Si usas secador, protege tu pelo del calor
Antes de utilizar el secador, retira la humedad de tu pelo con ayuda de una toalla. De esta forma, el impacto del calor sobre el cabello mojado no será tan grande. A continuación, puedes optar por usar el secador o, si dispones de tiempo y el clima te lo permite, dejar que se seque al aire. Intenta no abusar, por otra parte, de rizadores de pelo ni de la plancha, ya que este tipo de moldeadores de cabello dañan mucho la fibra capilar y en especial la zona de las puntas, resecándolas y haciéndolas más frágiles. Por último, y si aún no lo utilizabas, te recomendamos también que incluyas en tu rutina capilar un protector de calor.
4- Utiliza un tratamiento adecuado para tu cabello
Es muy importante hidratar el cabello con una mascarilla o un aceite que contenga los nutrientes necesarios para tu tipo de cabello. Aplícalo una vez por semana para mantener a raya las puntas abiertas y el encrespamiento, y opta siempre que puedas por productos formulados a partir de componentes de origen natural.
5- Corta por lo sano
Finalmente, también conviene recordar que, después de los excesos del verano, el cabello necesita sanearse. La constante exposición al sol y a las altas temperaturas de los últimos meses acaba dañando la fibra capilar y muy a menudo hacen que cualquier tipo de tratamiento posterior no sea suficiente. Por eso, quizás va siendo hora de que pidas cita en la peluquería y cortes por lo sano, aunque sólo sea las puntas.