La elaboración de un perfume propio asociado a un olor familiar y determinado es cada vez más habitual. No se necesitan productos especiales ni complejos mecanismos para realizarlos. Basta con tiempo, mimo y la elección de las plantas o flores adecuadas. A menudo nuestro sentido del olfato nos abruma con potentes evocaciones. Un olor determinado, un aroma de un plato de comida o una bocanada de perfume nos puede transportar a un momento y lugar.
Las fragancias agitan de forma emocional y son muchos los terapeutas que consideran que pueden afectar a los estados de ánimo en el día a día. Todos tenemos unos olores que nos parecen más agradables y positivos que otros. Está demostrado que el espectro de fragancias se puede dividir en algunas categorías básicas, cada una con su propio carácter y efectos emocionales.
Para crear un perfume que se adapte a una personalidad individual, es necesario determinar cuál de estas familias es su favorito. Una vez resuelto el primer paso, la elaboración casera está al alcance de todos. Primero recoge algunas flores que te gusten, primando obviamente su olor a su forma. Después llena un frasco con aceite sin olor y asegúrate de que la jarra que utilizas se cierra completamente. Corta las flores fuera del tallo y añádelas todas al mismo tiempo en el aceite preparado. Una vez cerrado, déjalo reposar unas semanas y viértelo en una botella de perfume vacía antes de pulverizarlo.
Si prefieres un perfume basado en plantas, elige algunas que huelan bien como la lavanda o el romero. Ponlas en una olla, machácalas con un mortero y añade un poco de agua a la mezcla. Después añade una gota de alcohol y cuela la mezcla. Pon el resultado en un recipiente limpio y recuerda olerlo antes de usarlo por primera vez.
Elabora tu propio perfume con flores y plantas
La elaboración de un perfume asociado a un olor familiar y es cada vez más habitual y la elaboración casera está al alcance de todos.

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