Utilizar una almohada inadecuada para dormir puede empeorar el dolor de cervicales, espalda y cuello. Por eso es recomendable elegir una de la mejor calidad y renovarla como mínimo cada dos años. Además, hay que hacerse con la que mejor se adapte a nuestra postura de descanso favorita y que, a la vez, esté hecha del material que más nos guste.
La almohada que se adapte mejor a nosotros dependerá de la postura que adoptemos para dormir. Quien lo haga de espaldas, será mejor que elija una delgada, porque es no es recomendable dormir con la barbilla muy cerca del pecho. Para quien duerma de espaldas, es más adecuada una almohada firme que mantenga la oreja y el hombro separdos. Quienes duerman boca abajo pueden hacerse con una muy delgada y colocársela bajo el estómago para evitar dolores lumbares.
Luego está el tipo de relleno. Si elegimos una almohada de espuma, hay que buscar las más densas. Las de espuma adaptable son recomendables casi para todo el mundo, aunque a las personas muy calurosas no les gustan. Las de latex son especialmente recomendables para las personas con dolores de espalda. Las de algodón son muy firmes y, por lo tanto, no les gustarán a quienes prefieran las almohadas blandas.
Las mejores almohadas para conciliar el sueño
Una manera de prevenir los dolores de espalda es dormir con una buena almohada que se adapte a nuestros hábitos a la hora de conciliar el sueño.
