El oxígeno es un elemento que proporciona vitalidad y energía a las células, lo que ayuda a reafirmar la piel y mejorar el rendimiento físico y psíquico. El estrés, la contaminación, el paso del tiempo o el tabaco son factores que hacen envejecer nuestra piel ya que no llega el oxígeno suficiente a nuestras células. Si buscas una solución, puedes recurrir a la oxigenoterapia, un tratamiento antioxidante a base de oxígeno puro.
La terapia de oxígeno empieza con una limpieza y exfoliación de la piel para eliminar las células muertas de la superficie. A partir de ahí, el oxígeno se puede aplicar de distintas formas: pulverizado (estimula la regeneración de las células y aumenta hidratación y brillo), inhalado (contribuye a reducir el estrés y el cansancio y retrasa el envejecimiento), inyectado (reduce el volumen, la grasa y la celulitis), mediante la oxigenación hiperbárica (consiste en respirar oxígeno puro dentro de una cámara hiperbárica) o en cosméticos.
A través de esta terapia recuperarás la elasticidad natural de tu piel, ayudarás a reducir el envejecimiento y estimularás la regeneración del colágeno. También es útil para eliminar la grasa, suavizar las cicatrices, cerrar los poros, prevenir las arrugar en pieles jóvenes y aporta luminosidad. En piernas y glúteos, la oxigenoterapia se utiliza para eliminar la celulitis.