Una gran parte de la población vive en ciudades o en áreas metropolitanas y, aunque en estos lugares existen un sinfín de gimnasios y centros deportivos, muchas personas se decantan por el deporte al aire libre. Sin embargo, el hecho de vivir en una gran ciudad conlleva que los deportistas urbanos tengan que lidiar con el ajetreo y el bullicio, en ocasiones auténticos obstáculos para la práctica de ejercicio y, más aún, de actividades de relajación.
Y es que cuando un deportista planea realizar una sesión de ejercicios por la ciudad debe tener en cuenta una serie de elementos como la contaminación, el tráfico, las aceras irregulares y otras obstáculos como los cruces de carreteras, los semáforos y los pasos de peatón. Estos elementos detienen constantemente el entrenamiento y deben evitarse a toda costa.
Por un lado, los parques urbanos son un buen lugar para realizar muchas actividades deportivas: están libres de tráfico, polución y ruido y cuentan con caminos sin asfaltar. En el caso de correr, la pisada aquí será más suave. Por otro lado, si se opta por la bicicleta se recomienda aprovechar los carriles reservados para ellas y buscar tramos en los que no haya muchos semáforos para poder practicar ejercicio de forma (casi) ininterrumpida.
Los retos del deportista urbano
Realizar deporte al aire libre y en la ciudad es una opción a la que cada vez se suman más personas. Para ello, encontrar un recorrido que no obligue a detener el entrenamiento y que facilite el acceso y la práctica regular es fundamental.
