¿Es posible esculpir nuestro rostro desde dentro? Pues parece que sí. Y, además, a coste cero. Por lo menos, así lo han hecho, desde hace cientos de años, muchas mujeres de distintos países asiáticos, beneficiándose de todos los efectos embellecedores de la gimnasia y del yoga facial. Una rutina de belleza que, si se sigue un mínimo de cinco o seis veces a la semana, se dice que es capaz de preservar la juventud de la piel del rostro, recuperando su elasticidad y consiguiendo que parezca hasta tres años más joven.
A priori, tal vez te parezca exagerado pensar que puedas conseguir todo esto haciendo “muecas”. Pero, si te paras a pensarlo, es cierto que la mayoría de nosotras ponemos mucho empeño en el cuidado de nuestro cuerpo, ejercitándolo varias veces por semana y manteniéndolo lo más activo posible, pero olvidamos por completo la actividad física en nuestro rostro. Y es que, más allá de seguir una correcta alimentación (para la salud de la piel, es básico el consumo de grasas saludables como el aguacate, el pescado azul o el aceite de oliva virgen extra) y de recurrir a productos y a tratamientos de belleza que se ajusten a las necesidades de nuestra piel, conviene que también rematemos el cuidado de nuestro rostro con estiramientos faciales, con el fin de relajar los 57 músculos que hay en la cara y el cuello, que puede que no ejercitemos y que estén muy flácidos o que, por el contrario, estén rígidos o demasiado retraídos.
Piénsalo bien. ¿Cuántas de nosotras sufrimos bruxismo? ¿Cuántas tenemos el ceño fruncido durante muchas horas sin darnos cuenta? ¿A cuántas nos sorprende el dolor que nos produce un masaje facial o el gran alivio que sentimos después de haberlo recibido? Todo ello muestra la cantidad de tensión que acumulamos en los distintos músculos de nuestra cara y de nuestro cuello, que utilizamos a diario y sin darnos cuenta, y la poca tonicidad que tienen. Y cuánto menos ejercitados estén, menos firmes y más arrugados se verán desde el exterior.
En resumen, hacer yoga o gimnasia facial es una forma natural y divertida para estimular y tonificar el rostro, y lo podemos hacer absolutamente todas, sin importar la edad, el tipo de piel o el estilo de vida que sigamos. Cualquier persona se verá beneficiada por este ritual universal que ayuda a revelar la luminosidad y a preservar la juventud de tu piel.
Cómo hacer yoga facial
Ahora bien, ¿cómo lo hacemos y por dónde empezamos?
Aunque parezca que hay pocas opciones, en realidad, hay muchos movimientos que podemos hacer para ejercitar este grupo de músculos y navegando por la red encontrarás muchos vídeos al respecto. Algunos de ellos requieren quince minutos de trabajo diario, y otros, mucho menos. Para no empezar la casa por el tejado, y como creemos que es mejor comenzar con un reto más asumible, te proponemos seguir la rutina que lanzó GYM BEAUTÉ PAYOT®, inspirada en la gimnasia facial creada por Nadia Payot en 1920, tras observar los movimientos faciales de la bailarina rusa Anna Pavlova, que le concedieron una reputación internacional.
Esta sencilla rutina de 11 movimientos no te robará más de un minuto al día, y podrás llevarla a cabo fácilmente en cualquier lugar, ya sea en casa, en la oficina, en la ducha o mientras te desplazas hacia el trabajo.
¿Preparada? ¡Empezamos!