La cultura Egipcia fue la primera en utilizar el aceite de oliva en cosmética. Aplicada en ungüentos tanto para hidratar y abrillantar la piel como el pelo, su aplicación se destina también para fortalecer las uñas y en la fabricación de jabón. Rico en ácidos grasos esenciales, su función es restaurar los niveles naturales de humedad de la piel y su principal componente es el ácido oleico, un reconstituyente de las membranas celulares.
Hoy en día, el aceite de oliva se sigue utilizando con fines cosméticos en infinidad de mascarillas capilares y en cremas hidratantes para fortalecer las cutículas y la epidermis. Además, su uso se extiende para dotar de brillo al cabello y para mejorar la tonicidad y tersura de la piel. El llamado "oro líquido" tiene un sinfín de propiedades nutritivas y, además, posee beneficios protectores y regeneradores, algo que lo convierte en un excelente producto cosmético para tratar nuestra dermis.
Los aceites de oliva vírgenes son mucho más naturales y aportan antioxidantes naturales y nutrientes. Además de su uso en hidratantes y mascarillas, el aceite de oliva virgen ha sido rescatado por la cosmética moderna para incorporarlo en cremas exfoliantes y limpiadoras, jabones, champús, suavizantes e incluso en productos de maquillaje. Todos ellos para dar suavidad, elasticidad, hidratación, protección y brillo tanto a la piel como al pelo.
Oro líquido para la piel
El aceite de oliva posee propiedades para la dermis y el pelo.

Oro líquido para la piel