Hablamos de piel seca cuando esta produce menos sebo de lo habitual y, como consecuencia a la pérdida de lípidos, pierde la capacidad para retener la humedad y formar un escudo protector frente a los agentes agresores.
Cuando la función de la barrera natural de la piel está deteriorada, la humedad puede evaporarse más fácilmente dejando una piel seca, tirante y áspera.
Síntomas de la piel seca
La falta de hidratación puede mostrarse de distintas formas. En un principio, cuando empieza a perder la hidratación puede percibirse como rígida, rugosa, frágil, áspera y de aspecto apagado. A medida que la sequedad va avanzando y, si no le ponemos remedio, vamos hacia una posible descamación leve o grave, prurito, irritación, enrojecimiento, inflamación y un riesgo de infección debido a la aparición de posibles grietas.
La sequedad es la principal causa de nuestras preocupaciones cutáneas, así que debemos ponerle remedio. Porque, además, la deshidratación es un factor clave dentro del proceso de envejecimiento prematuro cutáneo. De hecho, la dermatitis atópica y la psoriasis van muy de la mano con la sequedad. Ya veis que de piel seca a sensible hay un paso.

Causas y desencadenantes
Hay una larga lista de factores que influyen en nuestro cutis, pero se pueden agrupar en dos grandes bloques según su procedencia:
- Factores externos: clima extremo, cambios estacionales, sobreexposición solar, contaminación, lavado frecuente y con agua muy caliente, uso de jabones abrasivos y cosmética con disruptores hormonales, exposición a productos químicos...
- Factores internos: genética, estrés, falta de descanso, beber poca agua, tabaco y alcohol, cambios hormonales (pubertad, embarazo, menopausia), y…¿deficiencia nutricional? Sí, lo hemos dicho bien.
La alimentación, clave para el cuidado de la piel seca
Una dieta equilibrada y rica nutricionalmente es innegociable, puesto que, a través de lo que comemos, ingerimos los micronutrientes necesarios para disfrutar de un cutis radiante durante todo el año.
Una buena alimentación, rica en frutas y verduras, cereales integrales, carne magra, grasas saludables y suficiente agua serán los pilares básicos del cuidado facial, garantizando así los micronutrientes imprescindibles para darle un aspecto terso, luminoso y saludable.
Elementos como los ácidos grasos poliinsaturados como el omega 3 y 6, las vitaminas A, C, E, el complejo vitamínico B, minerales como el zinc, el selenio, el silicio, el cobre, el calcio, el magnesio, el azufre... Todos ellos deben estar presentes en nuestra dieta si queremos lucir de una piel bonita.

Los 5 tipos de omega que existen y dónde encontrarlos
¿Dónde encontrar las grasas saludables?
El cutis seco seca nos habla de un déficit de grasas saludables, las llamadas grasas insaturadas o grasas omega. Dentro de este grupo se encuentran las monoinsaturadas -el ácido oleico u omega-9- y las poliinsaturadas -el omega-3 y el omega-6-.
Los alimentos suelen contener una mezcla de ácidos grasos saturados monoinsaturados y poliinsaturados. Las principales fuentes son el pescado azul (sardinas, arenques, caballa, anchoa, salmón…), aguacate, frutos secos, semillas oleaginosas, ghee, aceitunas, huevos, algas o aceite de primera presión en frío.
Las grasas saludables tienen que estar presentes en nuestra dieta, en nuestros platos y no únicamente para la salud de nuestro cutis, sino para nuestra salud en general. Es posible que te preguntes si es suficiente con consumir aceite de oliva virgen extra a diario, pero por desgracia, no es tan sencillo.

Beneficios de las grasas omega en la piel
Estas grasas desempeñan un papel fundamental en la protección de la piel, nutriendo la capa hidrolipídica y proporcionando hidratación, elasticidad y brillantez. Además:
- Son parte estructural de las membranas celulares
- Mantienen la humedad protegiendo contra la pérdida de agua
- Refuerzan la función barrera inhibiendo la entrada de posibles agentes invasivos en el organismo a través de la piel
- Evitan la descamación del cutis, calman la irritación y la sensibilidad
- Tienen acción antiinflamatoria en lesiones de la piel
- Son esenciales para la regeneración y nutrición
A nivel tópico, y paralelamente a los cuidados nutricionales, es preciso acompañar nuestra rutina con el uso de cosmética de calidad respetuosa con nuestra piel y enriquecida con ingredientes emolientes, hidratantes y antioxidantes. Di sí a los aceites vegetales, mantecas, ceramidas y despídete de ingredientes irritantes como perfumes, alcoholes, parabenos, colorantes y disruptores endocrinos. Tu cutis verá un antes y un después.
La piel seca suele responder bien a los cuidados y a los cambios en el estilo de vida. Eso sí, ten en cuenta que alguna de estas grasas no las puede fabricar el propio cuerpo, por lo que es esencial incluirlas en la alimentación o a través de suplementos alimenticios. ¿Te animas a empezar?