Uno de los grandes errores que cometemos los padres cuando los niños dejan de ser bebés es utilizar los mismos productos de higiene para toda la familia. Pero lo cierto es que los niños pequeños, y al igual que los bebés, tienen unas necesidades lipídicas muy distintas de las nuestras, por eso es importante que aprendamos a cuidar correctamente de su piel, así como a utilizar productos especializados y especialmente formulados para el cuidado de su delicada dermis.
El motivo principal que debe hacernos decantarnos por utilizar estos productos específicos es que la piel de los pequeños es un 30% más fina y sensible que la nuestra. Lo que significa que también es mucho más permeable, que se seca más rápidamente y que es mucho más sensible a los estímulos externos que pueden ser perjudiciales.
La piel de los pequeños es un 30% más fina y sensible que la nuestra
Es por ello que, al igual que hacemos en verano con la loción solar infantil, les aseemos y protejamos debidamente su piel con productos de calidad que nos aseguren:
- La disminución de la pérdida de agua: que ayudará a mantener la barrera de humedad natural de su piel
- El reequilibrio del microbioma de la piel: contribuyendo a conservarlo sano y equilibrado
- El refuerzo de la función barrera de la piel: que favorezca la elasticidad y el buen estado de la dermis de los pequeños
Cómo hacer un buen ritual de higiene infantil
Lo más recomendable es que acostumbremos a nuestros bebés y a nuestros hijos a hacer un ritual de higiene, preferiblemente siempre a la misma hora. Si lo hacemos por la mañana, podrá convertirse en una especie de despertador natural que contribuya a acabar con el sueño y a entender que ha llegado la hora de activarnos y empezar un nuevo día.
Si lo hacemos por la tarde, en cambio, la ducha o el baño actuarán probablemente como un fantástico ritual de higiene del sueño con el que los pequeños entenderán que el día está finalizando y que ha llegado la hora de relajarse y meterse a la cama para dormir.
En cualquier caso, nuestro ritual de higiene infantil debe contar con algunos pasos como:
- El gel-champú: el básico para la higiene diaria que debe ser, sí o sí, específicamente formulado para las necesidades de la piel y el cuero cabelludo del bebé y del niño. Es importante que, a modo de precaución, utilicemos solo aquellos productos aptos para pieles sensibles y atópicas, dos problemas muy comunes en los recién nacidos
- La leche corporal: se trata de un básico que deberíamos poner en práctica no solo cuando somos pequeños sino también durante toda nuestra etapa adulta. El uso diario de una leche corporal adecuada protegerá e hidratará la piel del bebé y del niño, manteniéndola mucho más suave, más saludable y más bonita
- La crema de pañal: un imprescindible mientras nuestro hijo o hija siga utilizando pañales, con el fin de minimizar el efecto de las rozaduras o aliviar posibles irritaciones en la zona genital del bebé
- La colonia: aunque se trata de un paso más prescindible, no deja de ser recomendable, especialmente si realizamos la ducha por la mañana, ya que permitirá a mantener durante más tiempo la sensación de frescor

¡Añade prebióticos y vitamina B3 al ritual de higiene infantil!
En Objetivo Bienestar no podemos estar más contentas de haber descubierto la nueva línea de protección infantil de Seven Kids que contiene prebióticos y vitamina B3 que refuerzan la función barrera de la piel, protegiéndola eficazmente de agentes externos.
Con una suave formulación, el gel-champú, la leche corporal y el agua de colonia son hipoalergénicos, cuentan con hasta el 96% de ingredientes naturales, están testados dermatológicamente, pediátricamente y oftalmológicamente, además de ser aptos para recién nacidos y estar perfumados con una sutil fragancia floral unisex. ¡Pruébalos!