Presente en el café, el chocolate, el té y las bebidas gaseosas, la cafeína es un alcaloide que puede tener muchos beneficios pero también muchas contradicciones para la salud. Se recomienda consumir 300 mg al día, lo que equivale a dos o tres tazas de café. Aunque cada persona debe adaptar la ingesta a su propio organismo, es importante no consumirla en exceso.
Por un lado, la cafeína agudiza nuestros sentidos, nos permite concentrarnos mejor y tienen un efecto diurético. También reduce la sensación de fatiga y alivia el dolor de cabeza. Sus antioxidantes son buenos para la vista y evitan la sequedad ocular y otros problemas relacionados con los ojos. Combinada con azúcar, la cafeína mejora la atención y favorece la consolidación de la memoria.
En dosis descontroladas, no obstante, la cafeína produce un aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, de manera que no está indicada para hipertensos o pacientes con enfermedades cardiovasculares. Consumida en exceso nos hace estar nerviosos, ansiosos e irritables, aumentando la sensación de alerta y dificultando el sueño. Además, si bebemos cafeína de manera constante podemos crear una dependencia, y dejarla de golpe nos puede dar fatiga e insomnio.
Pros y contras de la cafeína
Este estimulante del sistema nervioso nos da energía y nos ayuda a concentrarnos, pero si lo consumimos en exceso puede producir irritabilidad e hipertensión.
