Con la llegada del buen tiempo y la subida de las temperaturas, nos empiezan a entrar unas ganas irresistibles de ir a la piscina, a la playa y empezamos a rescatar esos protectores solares del año pasado o salimos en busca del producto que se convertirá en nuestro fiel compañero en nuestras soleadas aventuras este verano.
Y es que ya todos estamos bastante al tanto de los riesgos de la exposición al sol para nuestra salud y lo importante que es protegerse de los rayos UVA para evitar enfermedades de la piel. Sin embargo, te sorprendería la cantidad de gente que sigue sin creer el impacto real que tienen las radiaciones solares sobre nuestra piel. Según unos estudios realizados por la Academia Española de Dermatología y Venereología, el 94% de la población sólo usa protectores solares durante el periodo vacacional, pero no para realizar cualquier otra actividad al aire libre.
Esto ha desembocado en un amento en los casos de cáncer de piel (cada año se diagnostican 160.000 nuevos casos), ya que la sobreexposición al sol es el principal factor para desarrollar este tipo de cáncer. Pese a que su mortalidad ha descendido considerablemente en las últimas décadas gracias a una detección precoz, la prevención sigue siendo el arma más decisiva para combatirlo.
Por este motivo, además del uso de un buen protector solar, los expertos aclaran que también es imprescindible mantenerse hidratada, cubrirnos con ropa y usar un sombrero para proteger la cabeza. Además, también aconsejan evitar directamente toda exposición al sol durante las horas en las que más pega (entre las 12 del mediodía y las 3 de la tarde). En el ámbito médico, es importante también una visita periódica al dermatólogo para que nos haga una revisión de lunares, esos pequeños puntitos que pueden revelarnos el estado de salud de nuestra piel.
Pero no podemos negarlo: a todas nos gusta disfrutar del sol, y hacerlo de forma saludable sí es posible. Para ello, es importante que entendamos cómo funciona realmente el factor de protección solar, que aprendamos a usarlo como es debido, y que nos deshagamos de una vez por todas de todos esos falsos mitos que lo rodean.