Si hace unos años un hombre se pintaba las uñas, le miraban raro. Y los que lo hacían, normalmente se las pintaban de negro y a menudo en el marco de una estética grunge. Pero cada vez es más habitual que los chicos se hagan la manicura, y también que apuesten por colores más llamativos.
No son pocos los famosos que se han sumado a lo que parece una tendencia en auge.Uno de ellos es el cantante Harry Styles, que ya nos tiene acostumbrados a romper las barreras del género en el conjunto de sus looks. Así que sus uñas no podían ser menos.
Rompiéndo los cánones establecidos
En su caso, colorearse las uñas no es algo que haya hecho para una ocasión especial como una gala importante o un concierto. Sino que lo hace habitualmente y son para él una forma más de expresarse.

Las ha lucido combinando fucsia y azul, pintadas de color sandía en clara referencia a su número uno Watermelon Sugar o color cereza por Cherry, entre muchas otras maneras.
Tanto le gusta el mundo de la manicura que ya ha creado su propia marca de pintauñas, Pleasing.
Más que unos pocos
Pero lo que indica que esta no es una práctica de algunos pocos que siempre desafían los cánones establecidos es que otros personajes públicos encasillados en una estética más típicamente masculina también lo están haciendo. Es el caso de Brooklyn Beckham, que se ha dejado ver en más de una ocasión, en público y en sus redes sociales, con manicuras generalmente en tonos rojos o negros.

Foto: Pinterest
Algunos extravagantes como el cantante Bad Bunny también las han lucido en redes sociales, en este caso en tono amarillo, acabadas en punta y rematadas con brillantitos. Y también se han añadido a esta moda el cantante e hijo de Will Smith, Jaden Smith, que se las ha pintado de violeta.

Foto: Pinterest
Y lo mejor de todo es que esta tendencia que podría parecer una extravagancia de los famosos ya ha saltado a las calles. Así que si de pronto empiezas a ver a hombres con las uñas pintadas no deberías de sorprenderte. Afortunadamente, los tiempos esán cambiando, y eso también se nota en los estilismos genderless, que poco a poco están menos regidos por si somos hombre o mujer.