Ya ha llegado el verano y, con él, las largas horas al aire libre y bajo el sol. O, lo que es lo mismo, la exposición mucho más frecuente y continuada de nuestra piel y de nuestro cabello a las radiaciones solares que, si bien nos aportan muchos beneficios como la apreciada vitamina D, el refuerzo de nuestra salud ósea o un impacto directo y muy positivo en nuestro estado de ánimo, también puede comportar riesgos importantes para nuestra dermis y para nuestra salud.
No protegernos adecuadamente puede comportarnos no solo quemaduras, enrojecimiento y posibilidad de insolación a corto plazo, sino también una aceleración del envejecimiento de nuestra piel o bien consecuencias más graves como melanomas. De hecho, desde la Asociación Española Contra el Cáncer, se advierte que el 90% de los casos de cáncer de piel está relacionado con la exposición al sol, y que el riesgo de aparición es proporcional al número, frecuencia e intensidad de los rayos solares recibidos en edades tempranas.
Así que, partiendo de la máxima que es mejor prevenir que curar, es imprescindible que durante los meses más calurosos del año pongamos todavía más atención en el cuidado de nuestra piel, haciendo una buena prevención, una correcta exposición, y un adecuado tratamiento after sun.
Qué tener en cuenta para protegernos adecuadamente de las radiaciones ultravioletas en verano
Existen muchos falsos mitos que nos alejan de hacer una buena protección solar, así que vamos a intentar aclarar algunas dudas:
- Se debe evitar la exposición directa y prolongada al sol durante las horas del día en que se alcanza el mayor índice ultravioleta, que suele darse entre las doce del mediodía y las cinco de la tarde. Si estamos en la playa, mejor ponernos debajo de la sombrilla y protegernos la cabeza con gorros y sombreros, además de hidratarnos constantemente.
- Cuanto más bajo sea el número del factor solar, menos protección. Desde la Organización Mundial de la Salud se ha establecido la escala que va desde el 1 al 16, siendo 1 a 2 de intensidad baja, 3 a 5 media, 6 a 7, alta, 8 a 10 alta y por encima de 10, extrema. De todas formas, conviene recordar que no hay ninguna que impida el 100% de las radiaciones y que, por tanto, no funcionan como “pantalla total”.
- Estando morenos, debemos seguir protegiéndonos del sol, ya que sigue habiendo riesgo de quemaduras externas.
- Los bebés menores de 6 meses no pueden exponerse en ningún caso al sol (mejor cubrir su piel con ropa y ensombrecer la zona donde esté establecido)
- Todos los niños mayores de seis meses deben aplicarse cremas fotoprotectoras de factor elevado
- Utilizar protección resistente al agua y respetuosa con el medio ambiente y el fondo marino
- No olvidar la protección solar del cabello ni una loción específica para el rostro, menos grasienta
Teniendo todas estas pautas claras, ahora sí, vamos a ver qué productos nos van a ayudar mejor antes, durante y después de tomar el sol o pasar muchas horas al aire libre.