Las manos son una de las partes más visibles y más expresivas de nuestro cuerpo. Unas manos bonitas y cuidadas hablan a nuestro favor y nos atraen también en los demás. Pero es difícil presumir de ellas cuando nos comemos las uñas, un hábito que a menudo está ligado a momentos de nerviosismo o ansiedad.
Existen diferentes astucias que pueden ayudarnos a lograr dejar de comernos las uñas. Una de las más eficaces es cubrirlas con un esmalte que tenga un sabor agrio, sin ser tóxico. Existen diversas marcas -de venta en farmacias- especialmente creadas para ello. Así, cada vez que nos pongamos los dedos en la boca, el sabor amargo hará saltar las alarmas y que nos demos cuenta de lo que estamos haciendo para poder parar. También puede ayudar ponernos tiritas en el extremo de los dedos o colocarnos uñas postizas para evitar que podamos morder las de verdad.
Para muchas personas, el impulso de mordérlas surge en momentos de nerviosismo, ansiedad o estrés. Por eso, para dejar el hábito, es bueno hacer ejercicio e incorporar técnicas de relajación a nuestra vida diaria. Llevar las uñas cortas y tener siempre una lima en el bolso para, si se nos rompe una, no tener la tentación de acabar de arrancarla con los dientes, reducirá las posibilidades de volver a recaer en esa mala costumbre. Para ser constante, fíjate en personas que tengan las manos cuidadas e imagínate lo bien que te sentirás cuando las tuyas también se vean así.
Trucos para dejar de comerse las uñas
Se trata a menudo un hábito que adquirimos en la infancia y que es difícil abandonar. Algunos trucos pueden ayudarnos a conseguirlo.

Trucos para dejar de comerse las uñas