Nunca dejaremos de admirar a las antiguas civilizaciones. Con menos recursos que hoy lograron arquitecturas imposibles, escribieron las bases de la filosofía o los principios de la medicina. No es de extrañar entonces que echemos una mirada a los tiempos de los imperios para recuperar recursos naturales. Es el caso de la piedra de alumbre, un desodorante natural con propiedades antibacterianas y cicatrizantes.
Los desodorantes químicos muchas veces provocan irritaciones, no son eficaces y contienen sustancias antitranspirantes, como el clorhidrato de aluminio o el circonio de aluminio, que enmascaran el olor en lugar de eliminarlo y que pueden producir problemas en nuestro organismo. La piedra de alumbre, que se puede encontrar en piedra, polvo o disuelta en agua, aporta una fina capa de minerales sobre la piel que frena la formación de las bacterias que causan el olor corporal.
El alumbre cierra los poros regulando la transpiración y neutralizando los malos olores. Este sulfato mineral no contiene alcohol, no tiene perfume ni lleva ninguna sustancia química toxica, por lo que no es contaminante. Además, su uso tiene un efecto duradero y no irrita la piel ni mancha la ropa. Por otro lado tiene propiedades cicatrizantes y preventivas muy útiles para después del afeitado o la depilación, ya que calma la piel, la desinfecta y minimiza el sangrado. Sus cualidades astringentes y antisépticas también son útiles para el tratamiento del acné.
Una piedra como el desodorante más natural
Los desodorantes del mercado suelen contener componentes químicos que pueden llegar a perjudicar nuestra salud. La piedra de alumbre, utilizada desde la antigua Roma, es un desodorante natural con propiedades cicatrizantes y antibacterianas.
