Mientras las pasarelas se empecinan en ensalzar los cuerpos inmaculados de los ángeles de Victoria’s Secret (plumas en las alas, sí; pelos que no sean melena, jamás), surgen contrarreplicas que exhiben sin pudor una anatomía femenina con vello. La última en sumarse a esa ola es Millie Mackintosh. La estrella televisiva del reality Made in Chelsea subía recientemente a su Instagram una foto de sus piernas en la que se apreciaba una frondosa pelusilla rubia. Algo que dio pie a que muchos de sus 870.000 seguidores se enzarzaran en una discusión sobre si hay que exhibir la pelambrera sin más o si la joven debería haberse depilado. “Al menos son claros”, exclamaban las voces más conciliadoras. Cameron Díaz está a favor de la pilosidad; Eva Longoria, no. Y parece que las españolas, tampoco.
Las estadísticas hablan
Los datos no pueden ser más abrumadores: el 78% de las mujeres españolas tiene claro que la depilación (piernas, pubis, axilas) es un factor muy importante o imprescindible a la hora de mantener relaciones sexuales. Son los resultados de un estudio realizado por el portal del venta de productos de belleza Quieru.com. Aquí entran en juego, además de nociones estéticas, relacionadas con los cánones de feminidad, la mayor sensibilidad de la piel depilada.
Curiosamente, ellos se muestran más primarios: al 42% de los varones no les resulta prioritario plantearse si su compañera llega al acto en su vellosidad natural. Eso sí, una vez metidos en harina, el 97% de los hombres reconoce preferir que su pareja no esté peluda. ¿Y son iguales todas las españolas? En absoluto. Para la práctica totalidad de las isleñas es imprescindible quitarse los pelos sobrantes antes del sexo (lo es para el 96% de las canarias y el 95,7% de las baleares). En cambio, sólo obsesiona al 81,3% de las catalanas, al 73,9% de las madrileñas y apenas al 52,6% de las vascas.
Para las más atrevidas
El caso es no dejar a los pelos tranquilos. Muchas de las que no se depilan ingles y axilas, optan por jugar con esas vellosidades. Lo último bajo el brazo son los dyepits: sobacos teñidos con distintos matices. Cuanto más fluorescente o chillón, mejor. La moda del color también se aplica a zonas más íntimas. Existen tintes específicos para esa zona como los de Betty Beauty, capaces de lograr un pubis rubio que no delate a una falsa morena o de hacer que una novia lleve al altar mucho más que una prenda azul. Otras mujeres, en cambio, se apuntan al vatooing (pintar con aerógrafo sobre el área bien depilada) o el vajazzling (aplicar cristales de colores formando dibujos).
Por qué no hay que afeitarse como ellos
Últimamente se ha apuntado esta opción en algunos medios de comunicación. Para poner los puntos sobre las íes, hemos consultado a Elia Roo, coordinadora del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET): “No lo recomiendo. Afeitarse el rostro como ellos comporta que, en la mayoría de casos, las mujeres con vello abundante acaben con barba ”, apunta Roo. Y añade: “El rasurado se recomienda en casos muy puntuales, tras haberse sometido al láser, que elimina la mayoría de vello grueso”.