¿Cómo mejoraría tu verano si no llevases semanas y semanas pensando en modificar tu cuerpo para disfrutarlo? ¿Cuántas veces has leído mensajes del tipo “cómo lucir cuerpazo en la playa” o “la dieta para llegar perfecto al verano” justo antes de los meses de calor?
Esta situación se ha normalizado a lo largo de los años, hasta crear conductas nada saludables en miles de personas. No sirve de nada pasar todo el año descuidando tu cuerpo y tu salud y luego hacer un sprint de dos meses con dieta y ejercicio extremo.
¿Qué es la operación bikini?
El concepto de “operación bikini” viene a ser la práctica con la que mucha gente empieza a aumentar el tiempo que dedica al ejercicio físico y lo acompaña de cualquier dieta, con el fin de perder los kilos de más que se ocultan bajo la ropa.
Esta “operación” hace referencia al proceso para “estar y verse bien” cuando te pones el bikini o el bañador en el periodo estival, teniendo como objetivo fundamental la pérdida de peso para encajar en los cánones establecidos. Se convierte en una intensa cuenta atrás donde la presión estética y la frustración por no ver cambios notables en nuestro organismo provoca el uso de métodos que ponen en riesgo la salud física, mental y social de quienes los practica.

Sí, una vez más la cultura de dieta y la gordofobia, impulsadas por la publicidad, ejerce la presión por alcanzar la delgadez, el peso ideal y el cuerpo correcto que “debo mostrar y que van a ver” el próximo verano, siendo los femeninos el centro de la diana en la inmensa mayoría de los casos y dejando patente la imposición y violencia estética ejercida hacia la mujer, de ahí que aunque los trastornos alimenticios afectan a ambos sexos, son dos veces y media más frecuentes en mujeres.
Es sumamente curioso que no exista una “operación Navidad”, “operación puente de diciembre” u “operación Semana Santa”. Aquí parece no importar demasiado cómo se ve nuestro cuerpo, quizás al convivir con más capas de ropa o al haber menos planes sociales… en cualquier caso, la exposición pública es menor. Entonces, ¿cuál es el problema de la estación estival? No cabe duda: el juicio propio y el de las demás personas.

Trastornos de la conducta alimentaria: más casos, más graves y en mujeres cada vez más jóvenes
La operación bikini y el peligro de comparar cuerpos
Llega el verano y el calor. Vestimos ropa más ligera, enseñamos más y las escenas de ir a la playa o a la piscina van apareciendo en nuestra mente… Sin embargo, hay personas que ni se lo plantean al no estar dispuestas o no saber lidiar con ese juicio, que puede ser interno o externo y viene dado por la comparación con los estándares de belleza.
Comparar significa, según la RAE, “examinar o contrastar dos o más cosas para establecer sus relaciones, diferencias o semejanzas”. En ningún caso se refiere a emitir un juicio de valor de las partes contrastadas. Y esta es la diferencia principal cuando nos comparamos con otros cuerpos.
No sólo relacionamos semejanzas o diferencias, sino que emitimos el veredicto de si es válido o no. Todo esto bajo el prisma de lo aprendido y establecido por la cultura de la dieta y la gordofobia que marcan los puntos de referencia de lo que “tiene que ser” con el supuesto propósito de alcanzar la felicidad y el estado de salud más óptimo. Nada más lejos de la realidad…