Crema de noche y de día, serum, tónico, complementos nutricionales y todo el ritual cosmético que sea necesario para conseguir una piel nutrida con un aspecto saludable. La rutina básica la tenemos clara, pero además de todo lo exterior, existen interesantes alimentos y bebidas que nos ayudan a mejorar la salud de nuestra piel desde dentro. Es el momento de repetir bien alto eso de que “la belleza está en el interior”.
Y para extraer todo ese potencial, nada mejor que empezar consumiendo alimentos de temporada que nos hacen sentir bien y sentirnos guapas. Alimentos que en conjunto funcionan y donde no pueden faltar, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), las frutas y las verduras, que aportan un tono y un brillo más saludable a la piel, y por supuesto una inyección de vitaminas y antioxidantes para nuestro organismo, con un nivel de energía óptimo. No te separes de tu licuadora, a partir de ahora será tu mejor aliada.
Limón: el agua de limón es una de las bebidas más populares, y más mediáticas, sobre todo entre las celebrities. Además, no puede ser más práctica ni más barata. Se trata de exprimir medio limón en agua tibia y tomarlo en ayunas nada más despertarse. La vitamina C del limón ayuda a producir más colágeno, lo que implica una mayor elasticidad para nuestra piel y en conjunto, el agua de limón ayuda a alcalinizar el cuerpo y reforzar el sistema inmunitario.
Pepino: podríamos decir que el pepino es casi la verdura de la belleza ya que funciona como un detox natural para la piel. A sus propiedades antiinflamatorias, las típicas rodajas de pepino colocadas en los ojos tras una eterna noche funcionan muy bien, se suman sus propiedades en forma de zumo –son muchas y variadas las recetas que lo precisan–. Además de ser rico en agua (al igual que la sandía) por lo que ya se le supone un alto poder hidratante, es rico en magnesio y potasio, que aportan brillo a la piel.
Té verde: mucho se ha debatido sobre los efectos positivos y negativos del té verde pero la verdad es que esta bebida posee innumerables bondades, sobre todo en lo que se refiere a su alto poder antioxidante. Y por eso resulta interesante para nuestra piel, ya que previene la aparición de granitos gracias a que reduce la inflamación. Si a la bebida de té, además, le añadimos hojas de menta, y lo transformamos en una infusión fría o caliente, le sumamos el poder de la menta, que reduce el enrojecimiento facial.
Jengibre: aunque su sabor es bastante comprometedor, el jengibre aporta numerosos beneficios para nuestra salud en general y nuestra piel en particular. Por sus propiedades antiinflamatorias es bueno para combatir el resfriado y también la piel irritada, ayuda a perder grasa extra y a mejorar la digestión. ¿Cómo tomarlo? Prueba a añadir un poco de jengibre rallado a cualquier batido o infusión.
Piña: las propiedades depurativas de la piña son de sobra conocidas, al igual que las de la alcachofa, por ejemplo, así que por eso resulta interesante incorporar una bebida de piña a nuestra dieta, ya que ayuda a eliminar toxinas, lo que se refleja en nuestra piel. Como truco, el jengibre combina bastante bien con la piña, así que se puede aprovechar para hacer un zumo de piña casero y rallar un poco de raíz de jengibre en él.
Agua de coco: ha sido la bebida de moda durante estos años, y es que sus innumerables beneficios la han colocado directamente en el pódium de bebidas saludables que también ayudan a sentirnos más guapas; el agua de coco es rica en potasio y minerales, fundamental para mantener la piel hidratada y con brillo. Además, y según un estudio de la Universidad de Indiana (EE UU), el agua de coco es perfecta para deportistas, con propiedades mucho más potentes, cinco veces más potasio, que las del resto de bebidas isotónicas que tomamos para reponer líquidos y sales cuando hacemos deporte.
Un plus: el agua es la principal fuente de belleza, tanto interior como exterior. Mantente hidratada tomando al menos 1,5 litros al día. Además, para conseguir una piel tersa y suave, es importante consumir en nuestra dieta alimentos ricos en zinc como la avena (sin procesar), las semillas (de girasol o calabaza), las lentejas o la miel. Con esta última, además, conseguiremos una mascarilla casera estupenda si la mezclamos con un yogur y la aplicamos por cara y cuello.