Seguro que has oído hablar mucho de la menopausia, de los cambios hormonales que sufren las mujeres en esa época y de lo terrible que puede llegar a ser para algunas de ellas. Pero las mujeres no son las únicas que sufren sofocos.
Aunque se trata de un proceso más desconocido, los hombres también pasan por su particular menopausia, con cambios corporales a partir de cierta edad. Pero, ¿en qué consiste realmente?
¿Qué es la andropausia?
Se trata de la disminución de hormonales en el varón, a medida que avanza la edad adulta (normalmente, a partir de los 50 años). Estamos hablando, aunque no sólo, de las llamadas hormonas masculinas. Normalmente, su disminución afecta negativamente a la calidad de vida de la persona.
A diferencia de la menopausia femenina, en la que podemos establecer de manera bastante aproximada la fecha de inicio (por determinaciones analíticas y por la interrupción de la menstruación durante al menos un año), en la andropausia este momento es más difícil de definir.
En la menopausia masculina no sólo se da el declive de los niveles de testosterona, también nos podemos encontrar con la disminución de la secreción de hormona de crecimiento (somatopausa) y de la secreción normal de melatonina (melatopausa), así como, con el aumento de los niveles de SHBG ( la hormona transportadora de hormonas sexuales).

Síntomas y diagnóstico de la andropausia
Los síntomas más habituales de la andropausia son:
- Disminución de la libido (deseo sexual)
- Disminución de la potencia de erección (o ausencia de la misma)
- Menos energía
- Descenso de la masa muscular y aumento de la grasa
- Irritabilidad o depresión
- Problemas de memoria
- Alteración del sueño
- Sofocos
En la actualidad, el diagnóstico de la andropausia requiere la presencia de estos síntomas y de signos sugestivos de deficiencia de testosterona (hipogonadismo). El síntoma más asociado con el hipogonadismo es la disminución de libido. Ninguno de estos síntomas es específico del estado bajo de andrógenos, pero puede generar sospechas de deficiencia de testosterona.
Pero, antes de hacer un diagnóstico de andropausia, deben descartarse algunas enfermedades con síntomas muy parecidos como depresión, hipotiroidismo, alcoholismo crónico y el uso de algunos medicamentos como corticosteroides, cimetidina, espironolactona, digoxina, analgésicos opioides, antidepresivos y agentes antifúngicos . Del mismo modo, el diagnóstico no debe realizarse durante una enfermedad aguda que suponga la disminución temporal de los valores de esta hormona.
La influencia de los EDCs
Ya no es posible ignorar la creciente cantidad de sustancias químicas que se liberan en el ambiente ni que estas toxinas están alterando, de forma evidente, los sistemas endocrinos animales y humanos. Lo que es aún más alarmante es que muchas de estas sustancias (llamadas disruptores endocrinos “EDCs” por sus siglas en inglés) tienen cualidades que “confunden los géneros”. Es decir, presentan una amenaza para la salud masculina, ya que interfieren en la producción de testosterona, causando que los hombres adopten características más femeninas.
Los EDCs están en todas partes. Los tenemos en nuestros hogares, en los productos de higiene personal, detergentes químicos o en los medicamentos anticonceptivos. También los ingerimos, sin saberlo, porque están presentes en nuestros alimentos y en el agua potable.
Además, los valores de testosterona disminuyen, con el envejecimiento, a una tasa del 1 % por año. Aunque la tasa de disminución puede variar en función del individuo y puede verse afectada por enfermedades crónicas, como la obesidad, la enfermedad, el estrés emocional grave y los medicamentos.

¿Se puede tratar?
La disminución de las hormonas masculinas se puede desacelerar mediante el control de los factores de salud y estilo de vida. Entre los parámetros de obesidad, la circunferencia de la cintura es uno de los factores de riesgo, potencialmente modificables, para conseguir elevar los valores bajos.
Entre las posibles opciones de tratamiento para la andropausia está la modificación del estilo de vida, la pérdida de peso y un buen equilibrio del tratamiento de las comorbilidades (cuando hay dos o más enfermedades en la misma persona).
También está la terapia de reemplazo de testosterona (por vía oral, bucal, nasal, con parches, en gel, inyectable o a través de implantes de pellets). En 2018, la Endocrine Society recomendó este tipo de terapia en hombres con signos y síntomas de un nivel bajo de esta hormona, relacionado con la edad. Pero está contraindicada en pacientes con cáncer de mama y próstata. La terapia de reemplazo debe administrarse siempre bajo control médico.
El estrés reduce la producción de testosterona
La DHEA es una hormona liberada por nuestras glándulas suprarrenales. Esta substancia es el precursor hormonal más abundante en el cuerpo humano y es fundamental para generar hormonas vitales como la testosterona y otro tipo de hormonas sexuales.
La producción natural de la DHEA también depende de la edad. Antes de la pubertad, el cuerpo produce muy poca DHEA y su producción llega a su grado máximo a finales de los 30 e inicios de los 40 años. Ya, a partir de aquí, su producción comienza a disminuir.
Las glándulas suprarrenales también son las generadoras de la hormona del estrés, el cortisol, y al utilizar el mismo sustrato hormonal (conocido como pregnenolona), ambas hormonas entran en competencia directa. Por eso, podemos decir que el estrés es otro factor que causa bajos niveles de testosterona, ocasiona valores excesivos de cortisol y daña la producción de DHEA. Es importante no utilizar ningún producto de DHEA sin la supervisión de un médico.
Andropausia y nutrición
El mejor consejo para tratar la andropausia es una nutrición antiinflamatoria equilibrada y personalizada, baja en carbohidratos y practicar un ejercicio físico adecuado a la edad y a la condición física de la persona.
A continuación, enumeramos una serie de alimentos que podrían mejorar los valores de testosterona (de manera muy moderada):
- Jengibre: puede ayudar a aumentar los niveles y mejorar la fertilidad masculina.
- Ostras: contienen más zinc por porción que cualquier otro alimento. Los hombres con deficiencia severa de zinc pueden desarrollar hipogonadismo o una producción insuficiente de esta hormona, impotencia o maduración sexual retrasada. Es importante tener en cuenta que el zinc y el cobre compiten por la absorción.
- Granada: es un antiguo símbolo de fertilidad y función sexual por sus propiedades antioxidantes que pueden mejorar los valores de HDL colesterol y mejorar el estrés.
- Leches vegetales fortificadas: son una fuente saludable de vitamina D. Esta vitamina es un nutriente esencial que (de acuerdo con estudios recientes) puede aumentar los valores de hormonas masculinas en los hombres.
- Verduras de hojas verdes: como las espinacas, acelgas y la col rizada son ricas en magnesio, un mineral que puede aumentar el nivel de esta hormona.
- Pescado graso y el aceite de pescado: pueden ser especialmente beneficiosos porque son ricos en ácidos grasos omega-3 que ayuda a elevar los valores de producción de esta hormona.
- Aceite de oliva virgen extra: alimento básico de la dieta mediterránea, que puede tener muchos beneficios para la salud, incluido un menor riesgo de enfermedades cardíacas y cáncer. Es rico en grasas monoinsaturadas y vitamina E, un antioxidante, y es probable que estos factores contribuyan a mejorar la salud reproductiva masculina.
- Cebollas: son una buena fuente de nutrientes y antioxidantes. Además, las cebollas pueden aumentar los valores bajos de esta hormona.

En cambio, se deben evitar los alimentos procesados porque ofrecen poco valor nutricional y tienden a ser altos en calorías, sal, grasa y azúcar. También contienen, a menudo, altas cantidades de grasas trans que pueden reducir los niveles de testosterona y afectar la función testicular.
Como ya hemos dicho, anteriormente, los productos químicos en envases de plástico pueden afectar los niveles de testosterona. Sería el caso del bisfenol A (BPA) o bisfenol S que encontramos en las botellas de plástico o en los alimentos recalentados en recipientes de plástico.
Cantidades moderadas de alcohol, como una copa de vino tinto ocasional, pueden proporcionar algunos beneficios para la salud. Sin embargo, beber demasiado puede reducir los niveles de testosterona.
Por otro lado, no debemos olvidar que el ejercicio, fundamentalmente de resistencia, y el control del estrés aumentan los niveles de testosterona (y la musculación). Así que, si eres un hombre en esta edad y estás sufriendo cambios en tu cuerpo y no sabías por qué, ahora ya tienes la respuesta: bienvenido a la andropausia.
Dra. Teresa Lajo, médico especialista en Endocrinología y Nutrición y miembro de la Sociedad Española de Salud y Medicina Integrativa (SESMI)