Imprescindible para el buen funcionamiento de nuestro organismo, la vitamina D ayuda a sintetizar el flúor y el calcio, básicos para tener unos huesos y unos dientes fuertes y sanos. Además, según han demostrado diferentes estudios, las deficiencias de vitamina D pueden estar relacionadas con la depresión y la ansiedad. A todo ello se suman ahora los resultados de un estudio realizado por la Universidad de Copenhague sobre una muestra de 96.000 individuos y que demuestra que en las personas que tienen genes asociados a una tasa baja de vitamina D los índices de mortalidad aumentan un 30%. Esta es la primeva vez que se demuestra que la vitamina D está directamente asociada con un aumento de la mortalidad.
Lo que los científicos a cargo del estudio aún no han acabado de dilucidar es cual puede ser la mejor forma de aumentar los índices de vitamina D y en qué momento de la vida es importante empezar a hacerlo. A diferencia de otras vitaminas que podemos conseguir fácilmente a través de la alimentación, la vitamina D se obtiene principalmente gracias a la síntesis que hace nuestro organismo de los rayos ultravioleta del sol. Algo que puede resultar sencillo en verano ?a no ser que llevemos siempre una alta protección solar- pero que se complica en los meses invernales, especialmente en los países del norte en los que pueden sucederse días e incluso semanas de cielos cubiertos.
Para sintetizar la cantidad necesaria de vitamina D deberíamos estar expuestos al sol un cuarto de hora diario. El sol es así beneficioso para nuestra salud siempre y cuando evitemos la sobreexposición, directamente vinculada al cáncer de piel. La vitamina D también se encuentra en pequeñas cantidades en alimentos como los huevos o los pescados azules y puede tomarse en forma de suplementos alimenticios como el cartílago de manta raya.
Atención, noticia médica: el déficit de vitamina D aumenta la mortalidad
Según un reciente estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) unos niveles bajos crónicos de vitamina D estarían asociados con un aumento de la mortalidad. Una conclusión que revela una vez más la importancia de la vitamina D para nuestra salud.

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