Imagina que te despiertas a primera hora de la mañana para ir a trabajar y te sientes enormemente cansado. Caminas hacia el baño y cuando vas a lavarte los dientes notas que te duelen las encías e incluso algún diente, que parece inflamado y a punto de romperse.
Estas son precisamente los principales efectos del bruxismo en los adultos: micro despertares nocturnos porque se está durante toda la noche ejerciendo fuerza con los dientes, de manera que el cuerpo no se relaja y no se puede dormir bien; y desgaste del esmalte dental, que termina debilitando al diente.
¿Cuáles son las causas del bruxismo?
Los médicos especialistas coinciden: el estrés es el mayor enemigo del bruxismo. Otras dos razones que inciden directamente en esta patología son una mala alimentación y la falta de descanso que comentábamos antes.
Durante el descanso la química de nuestro cerebro cambia, de manera que anula las sustancias que generan el estado de alerta, entrando en acción aquellas hormonas que inducen al estado de sueño. En la fase de descanso los músculos se relajan, pero cuando surge el trastorno de bruxismo, esta fase se altera.
El bruxismo también se asocia a determinados factores de riesgo, como pueden ser los trastornos de sueño, el consumo de ciertos medicamentos o drogas y trastornos psiquiátricos o neurológicos.
¿Cuál es el tratamiento del bruxismo?
Es muy sencillo: las visitas regulares al dentista son la mejor manera de diagnosticar el bruxismo. Una férula o aparato interoclusal es suficiente para solucionar el desgaste dental (aunque seguirás ejerciendo fuerza con tus dientes).
De todas maneras, queremos presentarte algunos ejercicios que tú misma puedes realizar en casa si quieres aprender a relajar tu mandíbula.